Yo desayuno boinas verdes
Algo menos popular es una de las más célebres líneas de diálogo de un clásico como Depredador:
“Si sangra, podemos matarlo”.
No obstante, quizá su frase más contundente sea el que pronunciaba en Commando. “Yo desayuno boinas verdes… y ahora tengo hambre” eran las palabras que salían de la boca de la estrella en la película de Mark L. Lester.
Debes convertirte en guerra
Sylvester Stallone, otro de los actores fundamentales en el cine de acción, también ha contado con algunas citas dignas de mención.
“Para sobrevivir a la guerra, debes convertirte en guerra”.
La frase aparecía en Rambo: Acorralado Parte II, filme en el que interpretaba a un excombatiente de Vietnam con muy malas pulgas. Igualmente expeditivo, era uno de los diálogos de, Cobra el brazo fuerte de la ley, una de sus películas más olvidadas.
“El crimen es una plaga y yo soy el remedio”, decía sin inmutarse el protagonista de Rocky.
Y mato a uno con pie de mujer
Dentro de la clasificación de frases lapidarias ingeniosas, ocupa un lugar destacado los diálogos de Bruce Willis. Los guionistas convirtieron al protagonista de Pulp Fiction en el más chistoso de los héroes de acción.
Tiene la culpa el éxito de la primera parte de Jungla de Cristal, donde John McClane demostraba que era capaz de lidiar con los malos y ser irónico. “15 millones de terroristas en el mundo y mato a uno con pie de mujer”, fue la frase más divertida de aquel clásico.
Curiosamente, el propio Willis se encargaría de pronunciar las claves de los diálogos de algunas de sus películas. En El quinto elemento, por ejemplo, el actor nos regalaba la siguiente perla:
“Solo conozco dos idiomas: inglés con tacos e inglés sin tacos”.
Luc Besson, director del filme, ironizaba de esta manera con la gran cantidad de palabrotas que aparecen en las aventuras de John McClane o en películas como El último boy scout.
El filme de Tony Scott desvela otra de las claves del estilo Willis:
“Hoy día, no puedes llegar hasta un tío y partirle la cara, antes hay que decirle algo chulo”.
La frase podría resumir de manera precisa el tipo de personaje divertido que el exmarido de Demi Moore patentaría en gran parte de sus películas más taquilleras.
bibliografia: aviondepapel





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