¿Por qué estamos ante una vacuna esperanzadora (Pfizer y BioNTech) y por qué le van a salir muchos enemigos?

A finales de enero es cuando Ugur Sahin, director y cofundador de BioNTech, se da cuenta de que la covid 19 podría tener consecuencias graves. Reúne a un equipo de 40 personas y deciden trabajar en un proyecto que llaman “Proyecto Velocidad de la Luz”. El objetivo es encontrar una vacuna contra la Covid lo antes posible, suspenden vacaciones y el equipo se pone a trabajar sin límite horario en el objetivo. Imagino la intensa motivación que tendrían.
Ugur nació hace 55 años en el sur de Turquía. Con cuatro años su padre emigró a Alemania para trabajar en la Ford, Colonia. Su mujer, Özlem, de 53 años, nació en Alemania, donde se había había trasladado desde Turquía su padre para trabajar como médico. La pareja se conoció en la Universidad del Sarre en Hamburgo y se casaron en 2002. Según ha contado Özlem, empezaron el día de su boda trabajando en el laboratorio y sólo hicieron una breve pausa para acudir al registro civil a firmar los papeles del matrimonio. Fundan BioNTech en 2008  junto con el oncólogo austriaco Chrisoph Huber, y se convierte en una compañía de éxito. Hoy su fortuna está entre las primeras de Alemania (Me temo que esto será considerado un pecado). Sin embargo, no renunciaron a la investigación (“Sahin nunca ha dejado de ser una persona humilde”, ha declarado a Reuters Matthias Kromayer, consejero de la firma de capital de riesgo MIG AG).
A pesar de ser BioNTech una gran empresa el desarrollo de la vacuna se le queda grande. A mediados de marzo llegan a un acuerdo con el gigante de la farmacia Pfizer (los de la víagra) empresa privada con centro en EE UU que cotiza en bolsa y es dirigida por Bourla (un inmigrante griego). Pfizer y BioNTech—a diferencia de los otras grandes farmacéuticas — no aceptan dinero público para ayudar a pagar la investigación. Según ellos el coste burocrático le quitaría tiempo para alcanzar su objetivo (quedan al margen de la “Operación Máxima Velocidad” puesta en marcha por Trump para incentivar a las compañías a conseguir una vacuna lo antes posible) .
Hay razones para considerar que no estamos ante una operación bursátil para enriquecer al matrimonio Sahin- Özlem, aunque su empresa vale hoy mas del 20% que valía el vienes. Para empezar, la vacuna era bien conocida y desde hace meses se encuentra entre las pocas que están en fase 3. Para llegar a esta fase han tenido que pasar muchos controles y obtener las autorizaciones correspondientes. Voluntariamente ha sido supervisada por un panel de expertos externos y sus protocolos son públicos (algo a lo que no están obligados).
En los ensayos (estamos al final de la fase 3, última etapa previa a la autorización) involucran a 44000 voluntarios (de Estados Unidos, Argentina, Brasil y Alemania). A la mitad se le ha inyectado un placebo. Pfizer ha comunicado que 94 han desarrollado la Covid-19, y que al menos el 90% son del grupo placebo.  Una efectividad tan alta es sensacional (solo las mejores vacunas la alcanzan, la de la gripe tiene menor efectividad) . Se espera llegar a los 164 contagiados para conocer con  menor incertidumbre la eficacia real de la vacuna ( un 60% ya se consideraba aceptable), así lo establece el protocolo acordado con la FDA (Administración de Medicamentos y Alimentos de EEUU). Las notificaciones previas previstas (Interim Analysis) no se han realizado pues la  FDA requirió que al menos hubiese 92 casos de contagios que manifiestan la enfermedad. El retraso ha sido criticado por Trump que considera que si se hubiesen realizado las notificaciones previas, que estaban previstas,  habrían favorecido su reelección. Parece que  Bourla (director de Pfizer) no quiso entrar en el juego (una de las ventajas de no haber utilizado fondos públicos)
No todo es perfecto:
a) Falta aún lo más importante: la aprobación. Hay que acabar el ensayo (se espera que lleve 2 ó 3 semanas) y someterlo a revisión. La opinión favorable de expertos reputados hace pensar que probablemente ellos dispongan de más información.
b) Hay que fabricarla (aunque se sabe que tienen ya varios millones fabricados) y distribuirla, que no es sencillo pues se conserva a -70º ( habitual en los laboratorios pero claramente dificulta su uso en países pobres) .
c)  La duración de la inmunidad que genera se desconoce ¡es algo que solo el tiempo responderá!
BioNTech utiliza una tecnología que nunca había sido aprobada para su uso en personas. Toma material genético llamado ARN mensajero (ARNm) y lo inyecta en las células musculares, que lo tratan como instrucciones para construir una proteína que se encuentra en la superficie del coronavirus. Otra vacuna competidora Moderna, usa una tecnología parecida, por lo que es probable que en los próximos días sigamos teniendo buenas noticias. Es obvio que nos encontramos en una carrera, pero hay motivos para pensar que no es solo propaganda.
El problema más importante para mi es que nos enfrentamos a los antivacunas (debe vacunarse al menos el 60% de la población) y a los que solo ven especuladores detrás de la vacuna. A pesar de que anuncian un coste ridículo, de 20 euros , que pagarán los Estados..
Yo me creo las palabras de Bourla (director de Pfizer):
“Hay mucho en juego para la humanidad. Si lo hacemos bien, el mundo puede ser salvado”.
La vacunación y sus supuestos efectos protectores llevará meses. Mientras tanto tenemos que seguir evitando  contagiar y contagiarnos, no valdrá de mucho tener una vacuna en pocos meses si nos hemos quedado en el camino.
guillermo
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