Eureka. Auroras en Salamanca: El cielo en llamas

Entre marzo y mayo de 2015 la Universidad organizó una exposición llamada “El cielo en llamas. Auroras boreales en Salamanca”. Incluía varios tratados que hacían referencias a auroras vistas sobre Salamanca en el siglo XVIII. En el siglo XX y en lo que va de siglo XXI las auroras en latitudes bajas han sido infrecuentes, pero en el pasado hubo periodos donde este fenómeno no era extraño. La existencia de auroras era conocida en la Grecia Clásica, el propio Aristóteles cita en su Meteorología un fenómeno que probablemente era una aurora. En la exposición El cielo en llamas incluía una conferencia, Teorías sobre las auroras boreales en el siglo XVIII, dada por Miguel Ángel Fuertes Prieto, del Grupo de Geociencias Oceánicas de esa Universidad.  En este programa de EUREKA , que puedes escuchar AQUÍ,  contamos con  Miguel Ángel que nos contó la historia de las auroras, en particular las que se vieron en Salamanca en el siglo XVIII, pero no nos quedamos ahí.

En plena guerra civil española pudo observarse en España una Aurora. El libro La aviación legionaria en la Guerra Española, de José Luis Alcofar Nassaes, cuenta que: “El día 25 [se refería a enero de 1938] el bombardeo fue de nuevo muy intenso. La moral se vio afectada aquel día por una extraña luminosidad que apareció por El Tibidabo sobre la que se hicieron las más extrañas conjeturas y que resultó ser una aurora boreal, un fenómeno muy raro en aquellas latitudes. Un extraño misticismo se apoderó de la ciudad, hablando de milagros y culminando al día siguiente, cuando comenzó a correr el bulo de que se había llegado a un acuerdo con el Generalísimo para que no se repitieran los bombardeos de Barcelona. El optimismo desapareció el día 30 cuando la ciudad fue bombardeada tres veces“. El diario ABC del día siguiente informaba sobre la aurora: Al principio se creyó que se trataba de un incendio en los montes del Pardo de Madrid, pero pronto se dedujo, por la altura y gran extensión de la luz, que se trataba de un fenómeno meteorológico. De esto hace ya 80 años, desde entonces no se han vuelto a observar Auroras en España, sin embargo, a la latitud de nuestro país en el pasado hubo periodos en los que fueron visibles varias en un mismo siglo, que tengamos noticias fue el siglo XVIII donde hubo más observaciones. El conocido personaje Torres Villarroel se refirió a la visión de algunas de ellas desde Salamanca.

En 1859 se produjo grandes auroras que se observaron a latitudes infrecuentes. Llegaron a a verse en Brasil y en el Sur de Europa. “El clamor público”, periódico del partido liberal, en su edición de Madrid de 6 de septiembre de 1859 decía (trascripción literal, incluido errores):AURORA BOREAL.- La aurora boreal que se observó en Madrid, ó por mejor decir en España, en la noche del domingo al lune de la semana pasada, ha sido ostensible en toda Europa, á juzgar por las noticias que van llegando de Paris, y otras varias. El Diario de Bruselas ha hecho observar que el mismo día se hicieron visibles varios fenómenos curiosos de la física del globo. Al medio día del domingo, la aguja magnética empezó á sufrir impresiones violentas y las líneas telegráficas en Ostende, Anveres, Lóndres, París y Berlin, y aun el cable sub-marino entre Ostende y Donores dejaron percibir signos evidentes de relacion con el precipitado fenómeno durante el espacio de su aparición.

La causa la encontró el astrónomo aficionado británico Richard Carrington que durante años había estado observando sistemáticamente el Sol, se interesaba especialmente por las manchas solares. Se percató que desde finales de agosto de 1859 había una gran actividad solar, el día 1 de septiembre vio cómo una gigantesca llamarada se desprendía del Sol y 3 días se originaron las excepcionales auroras a las que nos hemos referido. El fenómeno pasó a denominarse <<el evento Carrington>>. Hoy sabemos que se trató de una tormenta solar que se hubiese ocurrido hoy en día habría tenido enormes implicaciones los sistemas eléctricos, de comunicaciones, por la electricidad que habría inducido en las conducciones eléctricas y en los circuitos electrónicos, quizás nos quedaríamos por un tiempo sin poder utilizar nuestros teléfonos móviles.

La explicación de por qué las auroras en España son rojas la encontré años mas tarde:

LaTierra está envuelta por una magnetosfera. Las partículas cargadas al llegar a la magnetosfera siguen las líneas del campo magnético e interaccionan con los átomos y moléculas de la atmósfera de la Tierra. El proceso es similar al que ocurre en los tubos de neón, el gas se excita al hacer pasar una corriente eléctrica y se desexcitarse emiten energía en forma de luz “neón”. Estas interacciones se producen en la estratosfera, que empieza a unos 12 km, se extienden por la mesosfera, entre 50 y 80 km, donde son más intensas, continúan por la termosfera, incluso en tormentas excepcionales las interacciones pueden hacerse visibles en la parte baja de la exosfera, donde se encuentra la Estación Espacial Internacional (a 350 km de altura). Los colores que vemos en las auroras dependen de la especie atómica o molecular que las partículas del viento solar excitan y del nivel de energía que esos átomos o moléculas alcanzan. Por ejemplo, no es lo mismo que la excitación se produzca en una zona con una atmósfera con niveles muy altos de oxígeno que en otra con niveles muy bajos de este. El oxígeno es responsable de los dos colores primarios de las auroras, el verde y amarillo; el nitrógeno produce una luz azulada y se origina al arrancar alguno de los electrones de su capa más externa; el helio y el hidrógeno producen los colores rojo y púrpura, aunque muy enrarecidos son los gases que predominan a mas altitud pues son los más livianos. En latitudes relativamente bajas, como España, debido a la curvatura de la Tierra, los colores que se ven son los de las partes más altas de la aurora donde, predominan los rojizos.

 

guillermo
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