Los amigos de mi hermano me conocen como la hermana de (nombre), las vecinas de mi abuela me conocen como la nieta de (nombre), si mi tío tiene que presentarme me presenta como la hija de mi hermana mayor… A esas personas. Las que preguntan por mi, ¿les importa mas mi vida que mi nombre? ¿Cómo hay que sentirse en esos momentos? Cuando te piden que te presentes a alguien, no dices tu nombre, tus apellidos y después “hija de tal y de tal, nieta…” Cuando pasan lista en clase tampoco dicen tu nombre “alumna de tal”. En los pueblos, las personas mayores, te ven pasear por la calle, te miran, te miran, se paran, se dan la vuelta, y te preguntan: ¿Y TU DE QUIÉN ERES? ¿Somos de alguien? ¿Para que quieren saber de quién soy? Les dices quien es tu abuelo y ellos sacan la conclusión, mediante preguntas como: ¿tu eres hija de…? De quienes pueden ser tus padres, de donde has vivido hasta ese momento, de que estas estudiando, etc… y aciertan. Pero en realidad quien eres no les importa, lo que les preocupa es lo que haces ahí, en ese lugar, que te une a este pueblo. En cualquier caso, el nombre es un dato secundario, lo que realmente le interesa es si eres el hijo o nieto de “Nosequien”, la novia del hijo “Nosecual” o el primo de la sobrina del panadero.



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