¿Cómo queremos que sean nuestros alumnos el día de mañana?

Esta entrada la desarrollo pensando en todo lo que hemos tratado en el debate de Ken Robinson y de otros que hemos hecho a lo largo de las clases. Saber cómo han de ser nuestros alumnos en el futuro será lo que determine cómo debemos actuar nosotros en el presente.

Mis conclusiones han sido muy sencillas y a la vez tremendamente dificiles de realizar de manera simultánea:

1) Queremos que nuestros alumnos no abandonen las carreras de ciencias por el arte y la cultura, ya que colapsaríamos ese sistema que no tiene mucho reconocimiento en España y además no todos los alumnos tienen las aptitudes y las actitudes que se necesitan para llevar a cabo una carrera artística que supone tener un talento y dedicarle miles de horas para que ese talento brille y destaque.

2) La sociedad del mañana necesita gente creativa en todos los sectores porque para empezar un puesto que requiera creatividad y adaptación a un mundo realmente complejo y variante no te la puede solventar una máquina por mucho software que tenga y porque en el mundo de la tecnología la creatividad es un recurso cada vez más necesario para cualquier actividad.

3) La escuela elimina nuestra creatividad. Creo que este vídeo de Ken Robinson ilustra muy bien esta realidad incuestionable:

4) La escuela se debe adaptar a dotar de recursos a los alumnos para que puedan aspirar a unos puestos de trabajo que aún no están en muchos casos inventados. Si no están inventados, no podemos saber qué es lo que van a necesitar para llevarlos a cabo por lo que no podemos despreciar ninguna tarea o ninguna rama de la cultura por lo que hay que tener cuidado con desprestigiar unas materias frente a otras. Todas pueden ser igualmente importantes en un mundo tan interconectado.

 Vida estresante

5) Además de fomentar la creatividad que tienen nuestros alumnos y que debemos potenciar todo lo que sea posible, necesitamos que el día de mañana sean personas emocionalmente equilibradas en una sociedad cada vez más estresante que camina cerca de la neurosis gracias a esa interconexión permanente con el mundo del trabajo. Para ello hay que educarles en la inteligencia emocional.

6) Deberes los justos. El exceso de tareas impide a los alumnos centrarse en el aprendizaje y acaban haciendo los trabajos de cualquier manera, para cumplir un tramite. Los deberes deben de servir para que los alumnos desarrollen las competencias transversales más que el aprendizaje mecánico de cómo resolver el ejercicio X, porque resolver problemas de manera mecánica no sirve para nada. Ya lo hacen los ordenadores por nosotros.

7) Los exámenes han de plantearse bien. Voy a poner un ejemplo muy claro: Un profesor pone un examen con diez preguntas a desarrollar pero luego se queja de que los alumnos no saben resumir y que le escriben miles de folios que tendrá que corregir. ¿No será que las preguntas están mal formuladas? ¿No sería más conveniente formular cincuenta preguntas que impliquen la aplicación práctica de los conocimientos más que el vomito de contenidos memorizados para la ocasión? La teoría está a un clic de distancia. La aplicación, no. Basta de memoria, es hora de comprender y aplicar, es hora de razonar.

8) La evaluación entre iguales, si se plantea con unos criterios objetivos y, a ser posible, sin ver el nombre de los compañeros, puede ser un extraordinario recurso para que los alumnos mejoren su trabajo y se motiven los unos a los otros para mejorar. No es que nos estemos quitando trabajo dándoselo a ellos. Les estamos enseñando a valorar el trabajo de los demás y poner en tela de juicio si su trabajo es tan bueno cómo se pensaba.

9) Los profesores que nos resultan cómodos para aprobar, no serán los profesores que marquen la diferencia. Los profesores deben ser exigentes tanto en su manera de plantear sus clases como en la exigencia formal de los alumnos para sacar a la luz sus capacidades ocultas.

Así es cómo deberíamos ser  para que nuestros alumnos tengan creatividad, inteligencia emocional y puedan aspirar no sólo a ser felices, sino a tener un trabajo que a ellos no se lo parezca.

Esto no es vida

davidrodriguez

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