Se trata de una corriente constructiva de la segunda mitad del S. XIX. Consiste en tomar de cada época los elementos que mejor se adaptan a las necesidades planteadas por cada edificio. Es una mezcla de los lenguajes arquitectónicos del pasado. Elementos como columnas, pilares y frontones se manejaban de forma arbitraria a capricho del arquitecto. Es una arquitectura sólida, colorista y variada.
Hay que distinguir entre un eclecticismo imitativo como el de la iglesia del Sagrado Corazón en París o el monumento de Víctor Manuel II en Roma con otro eclecticismo más maduro y libre como el que se presenta en la Ópera de París de Charles Garnier. Los hoteles de lujo de todo el mundo se construyeron en este estilo.
Junto con el eclecticismo nace el urbanismo contemporáneo basado en la planificación de la mano del Barón Haussmann, alcalde de París durante el II Imperio para descongestionar la ciudad. Nace los conceptos de ciudad cuadrícula (vía diagonal), ciudad lineal ( crea espacios nuevos a partir de una vía de comunicación ancha) y la ciudad jardín (espacios en torno a la ciudad con edificios de poca altura).




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