Los recipientes para el vino

Para llevar a cabo todo el proceso de vinificación se necesita disponer de diversos recipientes; los recipientes mas clásicos de la vinicultura eran de madera de roble o castaño (otras clases de madera no son recomendables). Sin embargo los tiempos modernos han cambiado bastante estas tradiciones y ahora encontramos en las bodegas tanto madera como cemento, metal, resinas vitrificadas, acero inoxidable, etc…  Cada uno de estos materiales tiene sus ventajas y sus inconvenientes.

Cada tipo de recipiente se adapta a distintos usos; es decir distinguiremos al menos entre vasijas de fermentación y vasijas de crianza y envejecimiento.

Cuando el vino ha de permanecer bastante tiempo en un depósito grande o pequeño, es imprescindible asegurarse de que nada previsible pueda alterarlo. Evitar un problema es preferible que tener que resolverlo.

Respecto a las vasijas de madera hay que tener varias previsiones, ya que un envase en mal estado puede alterar o estropear el vino.

  • La vasija debe ser de roble o castaño.
  • Cuando la madera es nueva se lava con dos o tres litros de vino caliente (70ºC)
  • Una vasija de madera vacía a de mantenerse seca, sino se forma moho.
  • No se debe colocar directamente sobre el suelo, ni exponerse a ambientes húmedos o secos.
  • No utilizar vasijas que hayan contenido vino tinto, para vino blanco.
  • Controlar que no haya pérdidas de líquido; si fuera así taponarlas con masilla especial.

Los recipientes de otros materiales:  también causan problemas; los más seguros parecen ser los de acero inoxidable. Los de resinas vitrificadas han sido prohibidos en algunos países, por lo menos para la conservación del vino biológico.

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