Reflexiones penitenciarias dentro del cine

18/04/20, 14:00

A lo largo de toda la historia cinematográfica, podemos comprobar que el uso del tema penitenciario es más que recurrente, si nos preguntamos cómo es una prisión por dentro, seguro que a todos nos vienen a la cabeza las típicas secuencias llenas de cánones de los internos vestidos con el mismo mono naranja o azul y repartidos en bandas al estilo americano, y como, después de todo, tan bien han sabido rentabilizar dentro de la industria hollywoodense. Como ejemplo podemos mencionar: La Milla Verde (1999), Cadena Perpetua (1994) e incluso El Gran Stan (2007), y en series no puede faltar, la mención a Prision Break (2005-2017).

Pero incluso, en este mar de generalismos y exageraciones para dar más énfasis a los argumentos de sus historias, a veces, nos encontramos con declaraciones que nos sacan del hilo narrativo de la película y nos hacen pensar más allá de lo que nos pretenden contar… Tal fue el caso, que viendo un episodio de la serie “Los Soprano” (1999-2007), un personaje que acababa de salir de prisión tras 17 años de internamiento lanza la siguiente reflexión: “La violación de derechos civiles es evidente en el sistema penitenciario, y hablan de reinserción… el sistema se inculca hasta tal punto en la mentalidad del interno, que la cárcel es el único lugar donde éste puede funcionar…”.

Esta declaración me hizo reflexionar sobre la estigmatización que sufren los internos una vez que transcurre su tiempo en el centro penitenciario. Como enfrentan su salida al exterior y afrontan la ardua tarea de la reinserción en una sociedad cada vez más complicada. Como el centro penitenciario y su vida de interno no avanza en el mismo sentido y al mismo compás que la sociedad y el mundo exterior.

Y como, tras varios años dentro del centro penitenciario algunos internos consideren que su vida solo puede estar dentro de la cárcel, convirtiéndose esta, en su única opción de vida real, presentándose la vida y el mundo fuera de prisión, confuso y desconocido, y con la idea de que aquel mundo que dejaron atrás cuando ingresaron, tras varios años de reclusión ya no existe y su verdadera realidad se encuentra dentro de los muros de los Centros Penitenciarios.

Esa estigmatización que siempre los acompaña en su salida, ese rechazo de la sociedad, esa dificultad para encontrar trabajo y ese mar de dificultades que se les presenta a los expresidiarios en el exterior, por los cambios que el mundo y la sociedad han sufrido mientras se encontraban en una pausa temporal, (porque no lo olvidemos, el tiempo no pasa igual en prisión que sumergido en los vaivenes de la vida, en el marco de la sociedad) hacen que al sumarse todas estas circunstancias no se pueda extrañar que muchos internos sientan que su vida y más allá de ella, su utilidad y capacidad como persona, solo puedan desarrollarse o tener alguna validez dentro de los Centros Penitenciarios.

Francisco Javier Hernández Sánchez

Línea de Intervención Penitenciaria y Derechos Humanos de la Clínica Jurídica de Acción Social.

Nuevo comentario

*