
Veámos, veámos… No tengo ganas de escribir ni imaginación para hacerlo. Así pues, no puedo por menos que dejaros una de las muchas críticas que he escrito y tengo rondando por la página Filmaffinity:
Abre los ojos, no te arrepentirás
<<Ese director melómano y perfeccionista por partes iguales. Ese director obsesionado con los entresijos del alma humana. Ese director maniático y ojeroso. Ese director capaz de sorprendernos como pocos, como ninguno quizá. Ese director con un manejo de luces como no se había visto antes. Ese director, creador de algunas de las películas más brillantes del cine. Sí, ese es Stanley Kubrick: genio y figura hasta la sepultura. Así nos lo demuestra su obra póstuma.
Con Eyes Wide Shut estamos ante un drama erótico (por llamarlo de alguna manera) excepcional. Decir que es la peor película de este director me parece demasiado atrevido y, francamente, lejano a la realidad. Pocas veces se había visto un manejo de luces tan excepcional y una sensualidad tan hipnótica. Por no hablar del acoplamiento de la música, tan genial (o más) como siempre. Pero lo mejor de esta obra es, sin duda, el implícito mensaje con el que Kubrick quiere hacernos reflexionar una vez terminados los títulos de crédito. Sólo hay que ver título y carátula (Tom Cruise con los ojos cerrados mientras que su mujercita Kidman los tiene abiertos de par en par) para darse cuenta de cual va a ser el eje central de esta obra: la ingenuidad del ser humano.
Stanley nos presenta a un personaje, William Harford “Bill”, inocente, honesto y, aparentemente, con una vida familiar plena. Pero una noche su mujer Alice le empieza a abrir los ojos contándole las fantasías sexuales que tiempo atrás había tenido con otro hombre. A partir de ese momento, comienzan a ocurrir una serie de acontecimientos que le van haciendo ver la cruda realidad progresivamente. Incluso en la fiesta de disfraces, él es el único que ha de mostrarse ante los demás, otro claro signo de la incapacidad por parte de Bill para ver lo que realmente son las personas que le rodean. De esta forma, se nos van mostrando diferentes situaciones en las que la ingenuidad y la necesidad de creer lo que le cuentan se van haciendo más y más palpables. Al mismo tiempo, relacionado con dicha ingenuidad, se va abordando un variopinto combinado de temas (la infidelidad, la desvergüenza, el poder de los altos mandos…) para darnos un cóctel con una magnífica diversidad de sabores.
¿Qué la infidelidad es el tema a tratar en la película? Me parece demasiado simplista pensar que Eyes Wide Shut únicamente se encargue de tratar algo tan banal.
¿Qué Kubrick sólo quería buscar una censura de los altos cargos de la sociedad? Pues que queréis que os diga, amigos. Es cierto que en la orgía parece dejarnos ese mensaje de “los altos cargo nos dominan a su antojo”. Pero… ¿qué pasa, que el resto de la película sobra, está de más?
De lo que no cabe duda es de que, una vez más, la película del maestro tiene numerosos puntos de vista. Así que abran los ojos, observen detenidamente cada una de las excelsas secuencias, y saquen sus propias conclusiones. Eso sí, tengan cuidado, ya que con la escena final, se os invita a volver a cerrarlos…” >>
PD: Si no os acaban de convencer mis argumentos, siempre puedo deciros que ver a Nikole Kidman (uno de mis amores platónicos de Hollwood) mostrando sus encantos, no tiene precio.
Nota: 8/10




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