Álex de la Iglesia, un tipo diferente/ Vol.1

“En este triste país, si a un zapatero se le antoja hacer una botella y le sale mal, después ya no le dejan hacer zapatos.” Con esta triste y pesimista frase, Mariano José Larra exteriorizó sus sentimientos acerca de (como diría la canción) esta España mía, esta España nuestra.

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¡Ah! ¿Que a qué viene esto? Pues simple y llanamente viene a que, como no podía ser de otra forma, mi blog sobre Cine comenzará por el producto nacional y, más concretamente, por el genuino Álex de la Iglesia. Un tipo que lejos de hacer botellas, se centró en la fabricación de zapatos, que para algo era lo suyo, y vaya si acertó. Se convirtió con el paso de los años y algún que otro disgusto en un cineasta archiconocido en el panorama nacional que incluso llegó a hacer partirse de risa a hombres de la talla de Quentin Tarantino con su cine valiente y atrevido.

Dichas estas palabras preliminares, me adentraré en el análisis de su irregular e interesante carrera cinematográfica:

-Mirindas asesinas (C). 1991

Fotografía en blanco y negro y una atmósfera hitchcockiana para el salto a la pantalla de uno de los estandartes del cine moderno español. Un cortometraje sombrío y corrosivo que haría dar el salto al panorama del celuloide al hombre más simpático de la gran pantalla. Una mini-película con un humor negro realmente asombroso y con una interpretación de Álex de Ángulo más que destacable. Desde luego, yo me desternillé por momentos. Bien merecidas se tenían sus mirindas los tocayos “de la Iglesia” y “Ángulo”. Nota: 8/10

-Acción mutante. 1993

La ópera prima más valiente en años en España. Toda una revolución en la época y convertida ipso-facto en una obra de culto que gustó en el país y arrasó fuera de él (todos los Japoneses -que para algo son los más freaks del lugar- se volvían locos con los mutantes españolitos).  Sin embargo a mí, no me acabó de convencer.  Sin ser mala, me pareció tediosa por momentos y pasada de rosca en otros.  Claro que con un Resines y un Ángulo (otra vez) tan jocosos así como una valentía fuera de lo común en la época, uno no puede por menos que aprobar a esta acción tan descabellada. Nota: 5/10

-El día de la Bestia. 1995

Alabada por unos, denostada por otros y considerada como la obra maestra de Álex de la Iglesia, “El día de la bestia” arrasó en las taquillas españolas como hacía tiempo no se recordaba.  Para algunos fue una gamberrada sin sentido hecha para jóvenes necesitados de violencia y tarantinismo.  Para mí, sin embargo, (odio estar de acuerdo con la crítica) estamos ante una de esas excepciones del cine español.  Una ida de olla asombrosamente perspicaz con un talento a la hora de dirigir por parte del señor Álex sencillamente magistral.  Qué decir de unos maravillosos diálogos que componen un guión cuasi-insuperable.  El resultado no es más que una requete-quete-quete-quete-buena y bestial película. Nota 9/10

-Perdita durango. 1997

¿Valiente? ¿Impactante? ¿Trepidante? Sí, y yo predicador. Una obra totalmente defraudante y más sabiendo que el presupuesto era mucho mayor que en ateriores obras.  Ni siquiera un reparto de alto nivel (Bardem y Rosie Pérez) dan la talla en este resbalón del director español. Nota:2/10

CONTINUARÁ…

Cortometraje “Mirindas asesinas”