Cuando oímos la palabra circo rápidamente la asociamos con un mundo de diversión e ilusión… Pero, ¿qué oculta la carpa del circo?
Muchos circos utilizan animales salvajes en cautividad para sus actuaciones, tales como osos, elefantes, tigres, monos o leones. El comportamiento de estos animales en cautividad está lleno de características anormales, auto mutilaciones, golpearse la cabeza o morder los barrotes de las jaulas.
Los circos obligan a los animales a realizar actos que no tienen ninguna semejanza con lo que estos animales están acostumbrados a hacer en estado salvaje. Estas actividades antinaturales van desde un tigre saltando a través de un aro en llamas a osos montando bicicletas.
El castigo físico ha sido por mucho tiempo el método de entrenamiento que va desde la utilización de látigos, varas, palos, collares de ahorque o incluso son drogados para que sean mas dóciles.
Los animales salvajes necesitan unas mínimas condiciones de vida que ningún circo puede ofrecerles. Principalmente porque cuando se acaba la función son encadenados o enjaulados, lo que hace imposible que cumplan sus funciones fisiológicas de manera natural. No todas las especies tienen las mismas necesidades que obviamente los circos no cubren, los osos y las focas sufren el calor del verano, los tigres el frío del invierno (climas y condiciones ambientales inadecuadas) o por ejemplo los elefantes necesitan bañarse constantemente. Además no siempre son cuidados por veterinarios calificados para tratar a este tipo de animales.
También esta el transporte, los circos viajan por todas las ciudades del país durante todo el año cubriendo enormes distancias. Los animales son transportados en camiones o trenes, encerrados en jaulas. En estas jaulas deben comer, dormir y defecar hasta llegar a destino. Por lo general, los animales no bajan de los transportes hasta llegar al lugar del espectáculo.
Observando que los inconvenientes de tener animales en los circos son aplastantes, sería conveniente que la sociedad se planteará si es necesario el sufrimiento de estos animales para su propia diversión.
Actualmente España, a diferencia de otros países europeos, carece de una legislación específica que regule las condiciones de vida de los animales en los circos. Cada vez son más los países que prohíben los circos con espectáculos animales: como Canadá, Finlandia, Suiza, Suecia o Dinamarca.
Por tanto, la sociedad debería de estar más concienciada con que detrás de la magia del circo se esconde todo un mundo de sufrimiento animal, obligados a participar de un show que termina afectando su salud física y mental.
Se han bloqueado los comentarios.