Los frutos secos son buenos para el corazón y los vasos sanguíneos. Incluso varias porciones de nueces a la semana le ofrecen protección contra ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.

El consumo regular de frutos secos también puede reducir el riesgo de diabetes y, como se ha demostrado, incluso el de cáncer de páncreas.

Las nueces son proveedores ideales de nutrientes

Desde un punto de vista botánico, las nueces son frutas y pertenecen a las nueces. Sin embargo, sus ingredientes difieren significativamente de los de otras familias de frutas.

A diferencia de la mayoría de las frutas, las nueces contienen muy poca agua, pero mucha grasa, proteínas, carbohidratos complejos y fibra.

Por lo tanto, los frutos secos son un alimento altamente concentrado con una densidad de nutrientes extremadamente alta. Esto significa que no tienes que comer muchas nueces para estar lleno.

Al mismo tiempo, incluso pequeñas cantidades de frutos secos contribuyen enormemente a cubrir la necesidad diaria de nutrientes y sustancias vitales.

Las nueces son excelentes fuentes de omega-3

A pesar de este contenido de grasa realmente inmenso, la grasa de nueces es una grasa de muy alta calidad con muchos beneficios para la salud. La composición de ácidos grasos en muchos frutos secos es excelente.

Allí encontramos un alto contenido de ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados, mientras que la proporción de ácidos grasos saturados es baja (a excepción del coco).

La nuez no solo tiene el contenido más alto de (después de la nuez de cáñamo) ácidos grasos omega-3 de todas las nueces, sino también una maravillosa proporción de omega-6-omega-3.

Por lo general, los ácidos grasos omega-6 predominan en nuestra dieta moderna. Se encuentran particularmente en grasas animales, cereales y aceite de girasol. Los ácidos grasos omega-3, por otro lado, a menudo faltan.

Lo ideal sería consumir ambos tipos de ácidos grasos en una proporción de alrededor de 3 a 1 (omega-6 a omega-3). 5 o 6 a 1 también estaría bien. En cambio, la proporción actual suele ser de alrededor de 25 o incluso de 50 a 1 y, por lo tanto, está más que desequilibrada.

Sin embargo, solo las semillas de cáñamo proporcionan la proporción ideal de 3 a 1. Sin embargo, la proporción de ácidos grasos de las nueces también es muy buena y es de 6 a 1.

Los ácidos grasos omega-3 tienen una serie de efectos positivos en nuestra salud. Por ejemplo, son antiinflamatorios, reducen el colesterol, adelgazan la sangre, reducen los triglicéridos, mejoran el estado de ánimo y mucho más.

Casi todas estas propiedades ya muestran qué tan bien estos ácidos grasos y, por lo tanto, las nueces actúan sobre el corazón, la sangre y los vasos sanguíneos.

Las nueces protegen el corazón y los vasos sanguíneos.

En 2009, por ejemplo, en un análisis de 13 estudios de nueces, los científicos de Harvard encontraron que las nueces no solo podían reducir los niveles de colesterol, sino que también aumentaban las capacidades antioxidantes de los participantes y reducían los marcadores de inflamación en la sangre.

Lo que fue particularmente sorprendente fue que los participantes del estudio comieron tantas nueces todos los días que consumieron hasta el 24% de sus calorías totales. Sin embargo, los participantes del estudio que comen nueces no aumentaron de peso; por el contrario, a veces incluso perdieron algo de peso.

Y dado que también se sabe que la obesidad es uno de los factores de riesgo de problemas cardiovasculares, el efecto regulador del peso de las nueces habla naturalmente de su uso en una dieta saludable para el corazón y consciente del cuerpo.