Mi Primera Experiencia en Parapente en Costa Adeje: Entre el Miedo y la Fascinación

Mi Primera Experiencia en Parapente en Costa Adeje Entre el Miedo y la Fascinación

 

Siempre he sentido una mezcla de respeto y admiración por quienes practican deportes aéreos. Volar en parapente me parecía una idea tentadora, pero inalcanzable para alguien como yo, que no se considera especialmente temerario. Sin embargo, estando en Tenerife y viendo a diario cómo los parapentes surcaban el cielo sobre Costa Adeje, algo en mi interior me dijo que era el momento de intentarlo.

Antes del vuelo: Expectativas y nervios

Reservé un vuelo tándem con Overfly Tenerife, una escuela de parapente con una sólida reputación y años de experiencia en vuelos biplaza. Saber que volaría con un instructor profesional me daba cierta tranquilidad, pero el cosquilleo en el estómago seguía ahí.

El día del vuelo, nos llevaron en 4×4 hasta el punto de despegue, en una zona elevada con vistas espectaculares al océano Atlántico. Mientras el instructor desplegaba la vela y ajustaba el arnés, me explicó con calma cada paso del proceso. “No hay que saltar, solo caminar unos metros hasta que el viento haga su trabajo”, me dijo. Aún así, la idea de lanzarme al vacío me parecía surrealista.

El instante en que dejé de tocar el suelo

Cuando llegó el momento, apenas tuve tiempo de pensar. Di unos pasos y, de repente, ya no caminaba: flotaba. No hubo sacudidas ni caídas bruscas, solo una sensación de ingravidez y una calma inesperada. Esperaba un torrente de adrenalina, pero en su lugar llegó el asombro.

Desde el aire, la perspectiva de Tenerife cambia por completo. A un lado, el Teide emergía majestuoso entre las nubes; al otro, el azul infinito del Atlántico se extendía hasta el horizonte. El ruido del mundo desapareció y lo único que quedó fue el viento acariciándome el rostro.

Aterrizaje y reflexión

Tras unos minutos planeando en absoluta paz, comenzamos el descenso. El aterrizaje fue tan suave como el despegue, casi sin darme cuenta ya estaba de nuevo en tierra. Me desabroché el arnés con una sonrisa que no conseguía borrar.

Volar en parapente en Costa Adeje no fue una experiencia de adrenalina descontrolada, como imaginaba, sino un momento de conexión total con el entorno. Si alguna vez has soñado con volar, esta es la manera más cercana de hacerlo, y con Overfly Tenerife, la seguridad y el disfrute están garantizados.

Ahora, cada vez que miro al cielo y veo un parapente flotando, no siento envidia, sino complicidad. Porque sé exactamente cómo se siente.

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