Corren malos tiempos para l@s trabajador@s. A esto se une la desazón y el desánimo del que cree que todo está perdido, que nada se puede hacer y que ya vendrán, por sí solos, tiempos mejores.
“¿Cómo nos van a dejar tirados l@s polític@s a los que damos de comer?” Se acercan las elecciones y con ello las grandes promesas, las críticas al contrario sin aportar soluciones. Su único fin es ocupar el sillón, y junto a sus amigos y camarillas dedicarse a sus trapicheos ya que en cuatro años nadie les va a molestar de hacer lo que les venga en gana.
Recortan salarios, congelan pensiones, reducen los gastos en sanidad, reducen la inversión en educación… La banca y l@s empresari@s quieren que l@s trabajador@s ganen menos para así no perder su margen de beneficio. Nos hablan de crisis, pero en realidad ellos han seguido ganando lo mismo, y todo a costa de los trabajadores.
Como ell@s, polític@s y empresari@s, no se atreven a enfrentarse a l@s trabajador@s, necesitan un socio colaborador que intente adormecenos y domesticarnos: los sindicatos colaboracionistas de turno: CCOO y UGT. Desde sus pedestales, estas organizaciones, sus Comités y liberad@s elaboran un plan a seguir: hay que negociar y pactar; nada de asambleas, que la gente opina y se van al traste nuestros planteamientos: trincar con el partido que toque.
Todo el mundo sabe cómo funciona el tema: a cambio de subvenciones, colaboraciones. Así se cierra su círculo de intereses. Poder político, poder económico y sindicatos colaboradores unidos; la clase trabajadora desmotivada y desunida, sin iniciativa alguna esperando que sus líderes solucionen el problema.
En unos meses de pasividad, inercia y cobardía, estos sindicatos de representación han conseguido que perdamos muchos derechos conseguidos tras años de lucha y sufrimiento de los que nos precedieron. Todos sabemos a qué nos referimos: reforma laboral, reforma de las pensiones, pérdida de poder adquisitivo, firmas de despidos, y en suma más paro y pobreza para la mayoría.
Como anarcosindicalistas, ni hemos estado ni estaremos junto a este sindicalismo amasador de prebendas y corruptelas. Como anarcosindicalistas, ni hemos votado ni votaremos a políticos, para que mientras ellos viven en la opulencia, nosotros malvivamos con el dinero del paro, teniendo problemas para llegar a fin de mes, sufriendo desahucios por no poder pagar el alquiler o la hipoteca.
Necesitamos un Sindicato donde se haga realidad el apoyo mutuo y la solidaridad, donde todos tengamos voz en las asambleas. Un Sindicato sin liberados, sin Comités negociadores a nuestras espaldas. La CNT lleva ya cien años sin liberados, sin subvenciones, no hay cargos remunerados ni comités que decidan nada fuera de las asambleas. Nuestra fuente de financiación parte exclusivamente de las cuotas y aportaciones de los afiliados. Nuestro sindicalismo sólo puede entenderse como núcleo para la transformación social.
Pensemos que aún no está todo perdido, no podemos caer en el desánimo. En un día tan significativo de emociones, de recuerdos y de lucha, nosotros nos hacemos una pregunta: ¿Dónde están los más de 30.000 parados de Salamanca? Porque es posible que a alguno le preocupe más guardar el sitio debajo de una encina para mañana.
Si tú no te organizas, nadie lo hará por ti. La CNT es tu Sindicato si quieres luchar o tienes algo que decir; porque aquí siempre escuchamos. Ánimo y únete a nosotros y disfruta de la alegría de los que luchan. Así no deberás nada a nadie si no a ti mismo.
¡Viva el 1º de Mayo!
¡Viva la lucha obrera!
¡Viva la CNT !



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