¿Has pensado alguna vez en cómo ha cambiado todo en pocos años? La revolución tecnológica está cambiando la forma en que vivimos a una velocidad que no nos permite contrastar los cambios detenidamente. ¿Te acuerdas de cuando tener Internet en el móvil era privilegio de unos pocos? Ahora no podemos imaginarnos sin la capacidad de enviar un mensaje instantáneo desde nuestro dispositivo, tanto en el ámbito laboral como en el personal.
Hace un mes, en marzo del 2019, EAE Business School ha publicado un estudio sobre “El Consumidor de 2030“, con el que nos permite hacernos una idea de cómo será su evolución, y cómo la tecnología, el principal factor de cambio, será determinante para la relación entre las empresas y los usuarios.
En el informe señalan cuáles serán las características que definan al consumidor del futuro, entre las que podemos encontrar “informado”, “poderoso”, “atendido” y “ocupado”, que, bajo mi punto de vista, tienen un aspecto en común, la tecnología. Estos rasgos que probablemente poseerán los consumidores del futuro, se sustentan en las posibilidades que la tecnología está poniendo al alcance de todos los usuarios, está democratizando la información y la interacción entre cliente y empresa.
Además, los usuarios se están volviendo más exigentes con los productos y servicios que ofrecen las empresas, y cada vez están más preocupados por la privacidad en el mundo digital, un hecho que obliga a las compañías a invertir en innovación y en seguridad, dos pilares fundamentales para aquellas organizaciones que quieren sobrevivir en el largo plazo.
La privacidad, clave para el usuario
Por todo esto, en mi opinión, dos son los retos a los que se enfrentan las empresas en su relación con el consumidor, y que, con el paso del tiempo, determinará qué organizaciones alcanzan el éxito:
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La correcta captación, procesamiento, análisis e interpretación de enormes cantidades de datos de los consumidores, lo que permitirá a la empresa lograr una mejor segmentación de su público objetivo, y, de esta forma, adaptar el producto o servicio ofrecido, optimizando así la experiencia del usuario. Las empresas deben buscar la interacción con el consumidor y hacerle partícipe fundamental de las decisiones que se tomen.
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Asegurar la privacidad de los clientes de la compañía, y, además, ser capaz de demostrarlo ante un público cada vez más informado y desconfiado que busca la seguridad por encima de todo.
El Big Data es y será fundamental para el éxito de las empresas
De lo que podemos estar seguros es de que todo va a cambiar, y de que las empresas tendrán que adaptarse.
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