Un aprendizaje significativo se logra a través de la práctica. La mayoría de institutos tienen la suerte de tener un laboratorio. ¡Démosle uso!
El simple hecho de sacar los alumnos del aula permite que estén más receptivos y por lo tanto que aumente su curiosidad y creatividad. El laboratorio permite acercar a los alumnos hacia una ciencia más experimental y que se sientan como científicos. Como todos sabemos los laboratorios están llenos de sustancias peligrosas, materiales caros y aparatos como el calefactor que pueden llegar a ocasionar accidentes en el aula. Es fundamental concienciar de la importancia de las normas de seguridad. Además, el profesor como persona al mando debe tener los cinco sentidos en prevenir cualquier posible accidente.
Un laboratorio no es el recreo. Es cierto que se lo van a pasar muy bien, sorprendiéndose con experiencias nuevas pero nuestro objetivo también es que aprendan, por lo tanto, es útil el empleo de guiones de prácticas, la realización de la actividad comprendiendo lo que se hace y finalmente la creación de los informes.
Los laboratorios además de permitir adquirir un aprendizaje sólido y duradero se logra aprender en equipo, planteando hipótesis, debatiendo, argumentando, realizando experiencias prueba y error. Desde mi punto de vista, es muy importante enfocar la práctica para fomentar un pensamiento activo y creativo evitando la simple realización de la tarea de modo superficial. Además logra engordar el curriculum en función de las capacidades del alumno y además les aporta autonomía. El laboratorio, nos permite como profesores entablar conversaciones individuales con los alumnos logrando conocer si realmente han asimilado el fundamento teórico y además si puede llegar a tener algún problema personal ya que permite un mayor acercamiento que en el aula.
Trabajando la creatividad dedicando tiempo a la lluvia de ideas
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