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Universidad de Salamanca
Alba Formariz Pascual
Facultad de Ciencias Químicas - Universidad de Salamanca
 

¿Me lo como o lo cocino?

Ha llegado la hora de cenar y mi madre me ha dejado un huevo cocido en la mesa. Mi sorpresa es que mi huevo cocinado está al lado de dos más. ¿Estarán los tres cocidos? A simple vista los huevos crudos y los cocidos son idénticos. No quiero arriesgarme a pelar uno, que sea el crudo y pringarme.

Captura

 

¡Ya lo tengo!

Recuerdo que esta tarde en clase de Didáctica, María Jesús nos ayudó a diferenciar ambos huevos. Primero se hace girar el huevo sobre una superficie plana y si se levanta es que se trata de un huevo cocido. Mi tristeza vino de golpe, resulta que en clase lo intenté una y otra vez y no lograba que el huevo bailara como debía. Pero si quiero cenar debo intentarlo hasta conseguirlo, la teoría me la se bien, veamos ahora la práctica.

¡LO CONSEGUÍ! Quien la sigue la consigue. El huevo que voy a cenar como habréis adivinado es el del medio.

Explicación científica:

Se trata del fenómeno físico estudiado por Wolfgang Pauli y Niels Bohr a través de una peonza tip-top que se voltea como el huevo.

Cuando un huevo cocido se le hace girar a partir de su posición de equilibrio estable (es decir, reposando en horizontal), éste eleva su centro de gravedad y se inclina hasta estar en posición vertical en la cual sigue girando pero más lentamente. Parte de la energía cinética de rotación inicial se emplea en aumentar su energía potencial, produciendo un giro final más lento al reducir su energía cinética.

El huevo crudo no presenta este comportamiento debido al líquido en su interior, lo que sirve para distinguir fácilmente un huevo cocido de otro crudo.

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