LA EXCLUSIÓN EDUCATIVA EN LAS ÁREAS RURALES Y DE EXTREMA POBREZA EN BOLIVIA

Bolivia cuenta con 9.2 millones de habitantes aproximadamente y es uno de los países más pobres de América Latina, con más de la mitad de su población en situación de pobreza, especialmente aquella que vive en el área rural, y que influye negativamente en los resultados educativos. Según datos de The Economic Intelligence Unit del  mes de junio  de 2005, el PBI de Bolivia era de USA $ 9.5 billones y un ingreso per cápita de USA $ 1031. El crecimiento promedio del PBI fue del 4.1%1.

Es un país predominantemente joven, donde la demanda por educación escolar seguirá siendo determinante durante los siguientes años. Cerca del 62% de la población se considera indígena, de la cual la mayoría es de origen quechua y aymara. De este total (población indígena), el 52,2% vive en áreas urbanas y el 47,8% en áreas rurales. El 78% de los hogares indígenas pobres no cuenta con acceso a agua potable y el 72% carece de servicio sanitario, y sus tasas de mortalidad infantil son las más altas de Sudamérica.

En el contexto latinoamericano, no presenta los mejores resultados educativos. El problema de la baja permanencia en la escuela es generalizado en el país, sobre todo en los niños y jóvenes que aprendieron a hablar en un idioma distinto al español, ya que éstos enfrentan mayores dificultades, especialmente aquellos que aprendieron a hablar en quechua o en guaraní, pues a los 17 años sólo el 37% y el 42%, respectivamente, asisten a la escuela.

En los países vecinos, a excepción de Brasil, la tasa de analfabetismo de la población de 15 años o más es menor al 8%2, mientras que en Bolivia este el nivel alcanza al 13,3%3, aunque éste se ha reducido entre 1992 (20.0%) y el 2001en 6.7 puntos porcentuales.

La oferta educativa está desigualmente distribuida, pues un escaso número de unidades educativas brinda el nivel secundario o el nivel inicial. La mayoría de las unidades educativas ofrece algún curso de educación primaria, aunque no necesariamente posee la primaria completa. Esta característica es más recurrente en el área rural, ya que el 94,9% de las unidades educativas brinda atención en el nivel primario, el 44,5% en el nivel inicial y solamente el 10,6% en el nivel secundario.4

El acceso a la escuela en el área rural es más bajo en todos los niveles de educación, sobre todo en el nivel secundario al que accede sólo el 30,9% de los jóvenes entre 14 y 17 años, mientras que en el área urbana lo hace el 61,6%. Además, subsisten problemas relacionados con el abandono durante la gestión, el rezago escolar y la promoción para que los estudiantes continúen avanzando en los sucesivos cursos de la escuela. Así, la tasa de abandono durante la gestión, pese a la disminución mostrada entre 1997 y 1999, se mantuvo relativamente constante hasta el año 2002.

Analizando la situación educativa de la población adulta, la población femenina, y más aún la población adulta femenina que vive en áreas rurales, es la que más dificultades presenta.

En el área urbana, el 10,5% de las mujeres no tienen ningún nivel de instrucción y en el área rural, el 39,3% de las mujeres no alcanzó ningún nivel de instrucción.

En cuanto a la tasa de analfabetismo en el área rural, el 37,9% de las mujeres, con 15 años o más, no sabe leer ni escribir, respecto al 14,4% de los hombres que también se encuentran en la misma situación. En el área urbana, aunque el analfabetismo es menor, sigue siendo desfavorable para la población femenina (10% de las mujeres y el 2,5% de los hombres no sabe leer ni escribir). Esto nos muestra que a pesar de las condiciones desfavorables en materia educativa, además es necesario considerar que existe una brecha entre los niveles de educación de las mujeres y los hombres, siendo las mujeres las más desfavorecidas.

En 1999 se puso en marcha el Proyecto Fortalecimiento de la Calidad y Equidad de la Educación (PFCEE) para fortalecer la gestión educativa en el ámbito municipal y en las organizaciones educativas. Para lograr los objetivos del PFCEE se diseñaron Planes de Desarrollo Educativo Departamental (PDED), los Programas Municipales de Educación (PROME) y los Proyectos Educativo (PE), en particular el PE, que constituyen una red de servicios complementarios tiene tres estrategias de formulación e implementación: 1 el Proyecto Educativo de Núcleo (PEN), estrategia rural; 2 el Proyecto Educativo de Red (PER), estrategia urbana; y 3) el Proyecto Educativo Indígena (PEI), estrategia indígena. Estos instrumentos (PROME, PEN, PER y PEI) contribuyen al mejoramiento de la calidad educativa los que necesitan ser reforzados mediante la definición de objetivos y políticas complementarias

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Alumna MBA DEF

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