Trabajo a la deriva que nos diría Sennett

El debate contemporáneo sobre el trabajo, o mejor dicho la falta o pérdida de éste, se ve restringido a la concepción misma del trabajo y a las consecuencias personales del mismo. El auge del neoliberalismo ha puesto de nuevo al homo economicus en la escena social. La enorme fuerza de la libre concurrencia en mercados globalizados y la desinversión del Estado en la escena pública, así como la privatización de bienes de propiedad social que contribuían a conformar un espacio público, han favorecido la libertad de movimientos de las empresas que hacen recaer sobre los trabajadores las tensiones propias de los mercados flexibles. Cada vez más los mercados de trabajo, sometidos a vaivenes impredecibles, precisan de una fuerza de trabajo dúctil y maleable, polivalente, que se adapte con rapidez a los embates del mercado. El empuje de una sociedad de servicios confiere, a su vez, un protagonismo hasta ahora desconocido a la presentación y representación del yo. El trabajo no sólo escasea y se precariza sino que a la vez se segmenta, y produce lo que Richard Sennett ha llamado la corrosión del carácter; es decir, la imposibilidad de construir para uno mismo, y en relación con los demás, una biografía, un proyecto vital y profesional. Más allá de las posibles reacciones a este fenómeno, en el fondo del debate subyace una antinomia, enfrentando trabajo y vida personal. Sennett analiza de manera crítica los argumentos fundamentales del debate: la flexibilidad laboral, las relaciones a corto plazo, el extrañamiento de las nuevas tecnologías, la pérdida de identidad personal o de gradual disolución de la confortante pertenencia grupal, cambio constante, y sus efectos sobre la vida personal y sus consecuencias sociales.
El paso de una sociedad homogénea e integrada a una sociedad fragmentada -la postmodernidad como marco de la flexibilidad total- ha llevado parejas consecuencias para la fuerza de trabajo como: el definitivo abandono de cualquier política de pleno empleo por los estados; la aceptación del desempleo estructural; la disponibilidad social de la fuerza de trabajo; la contención de las demandas salariales o la intensificación del uso del factor trabajo contratado, lo cual ha generado un nuevo ciclo biográfico: aparición de retrasos en la incorporación al mundo laboral; largos periodos de paro; incremento de la rotación; contratos inestables y sin perspectivas; incremento de la precariedad; disminución de la satisfacción y el interés profesional de las personas que los ocupan…. en fin, que supone el final del trabajo, y por ende, la posibilidad de lograr una “identidad moral” en los trabajadores como sostiene Sennett.

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About pilar.hierro

Licenciada en Sociología. Universidad de Salamanca, 2005. Master en Comunicación Corporativa. UPSA, 2006. DEA y Suficiencia Investigadora, área de Sociología. Universidad de Salamanca, 2007. Líneas de investigación: Organizaciones y Comunicación. Consultora en “OjoSocial”. Miembro del Colegio Nacional de Doctores y Licenciados en Ciencias Políticas y Sociología de Madrid Miembro de la Federación Española de Sociología
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