Pobreza y corrupción

3/02/10, 23:27

Nadie debería ser ajeno a lo que está pasando. Puerto Príncipe continúa acaparando portadas y noticiarios en todo el mundo. El país se encuentra destrozado, sumido en una nube de polvo que se lleva todo cuanto existía; edificios, personas, mobiliario urbano… nada ni nadie ha escapado al dantesco desastre que se vive en el país centroamericano.

Todo comenzó el 12 de enero con un seísmo de 7,3 en la escala Richter y, desde entonces, el país se ha convertido en un Estado del caos, donde los saqueos han proliferado hasta que ha podido comenzarse a canalizar la ayuda internacional. Esto sin contar el absoluto desorden civil y político que se vive en el país caribeño. La comunidad internacional ya se plantea posibilidades, como la de que Haití pase a ser protectorado estadounidense.
No es mi objetivo realizar un análisis del terremoto, pues las noticias y las imágenes hablan por sí mismas. Más bien, sin embargo, voy a escribir unas líneas acerca de un binomio que tiene mucho que ver en que las consecuencias de lo sucedido sean tan terribles. Se trata de ver la relación entre pobreza ycorrupción.
Según el FMI, y a datos de 2008, Haití tiene un PIB per capita al año unos 1.316,035 $. España, está en unos 30.620,969 $, en PIB per capita al año y EE.UU. en unos 46.859,058$.
Esto sitúa este país como el más pobre de todo el continente americano.
Con respecto a la corrupción, según la ONG Transparency International (www.transparency.org), Haití es uno de los países donde se percibe un mayor nivel de corrupción del sector público. En concreto, de 180 países que conforman el informe sobre el Índice de Percepción de la Corrupción 2009, Haití es el décimo país donde se percibe un mayor nivel, con un coeficiente de 1,8 (siendo 1 corrupción institucionalizada y 10 ausencia de corrupción).
Ante estos datos que expongo, me surgen una serie de interrogantes: ¿la pobreza genera corrupción?, ¿es la corrupción la que genera y agrava una situación de pobreza extrema?
Me inclino a pensar más en el sentido de la primera pregunta: sin duda, se ha comprobado empíricamente que los países más pobres experimentan un alto nivel de corrupción.
Otro punto de debate que podemos tratar es el que constituye la cuestión de la ayuda humanitaria. Es evidente que es absolutamente necesario que la comunidad internacional se movilice rápida y eficazmente para hacer llegar los recursos sanitarios y alimentarios cuanto antes al lugar en un desastre de estas magnitudes. La UE ha destinado según las cifras que se barajan actualmente cerca de 230 millones de euros en ayuda humanitaria y de rehabilitación del país.
Esto es muy admirable, pero ahí va la pregunta que yo me hago: ¿no sería mejor que ese dinero se hubiera destinado antes a mejorar las infraestructuras y la calidad de vida del país? No quisiera entrar en polémica, pero sí lanzar la siguiente reflexión: quizás las grandes potencias económicas de este siglo XXI deberían apostar por trabajar efectivamente juntas en la erradicación de la pobreza y en el mejor reparto distributivo de los recursos; centrarse en actuar ex ante y no esperar siempre a que ocurra una desgracia de tales características para tener que reparar después.
Soy consciente de que no es una tarea sencilla y que no está exenta de problemas e intereses cruzados. Pero quizás los ciudadanos, los que con nuestros votos elegimos a nuestros representantes, deberíamos demandarles una visión global del mundo porque, a fin de cuentas, el bien de todos repercute en el propio bienestar individual.
Todas vuestras opiniones serán bien recibidas. Os dejo las fuentes de que me he servido para elaborar la entrada:
Datos del FMI. Web del fondo monetario internacional (en inglés):http://www.imf.org/external/pubs/ft/weo/2009/01/weodata/weorept.aspx?sy=2008&ey=2008&ssd=1&sort=country&ds=,&br=1&c=512,941,914,446,612,666,614,668,311,672,213,946,911,137,193,962,122,674,912,676,313,548,419,556,513,678,316,181,913,682,124,684,339,273,638,921,514,948,218,943,963,686,616,688,223,518,516,728,918,558,748,138,618,196,522,278,622,692,156,694,624,142,626,449,628,564,228,283,924,853,233,288,632,293,636,566,634,964,238,182,662,453,960,968,423,922,935,714,128,862,611,716,321,456,243,722,248,942,469,718,253,724,642,576,643,936,939,961,644,813,819,199,172,184,132,524,646,361,648,362,915,364,134,732,652,366,174,734,328,144,258,146,656,463,654,528,336,923,263,738,268,578,532,537,944,742,176,866,534,369,536,744,429,186,433,925,178,746,436,926,136,466,343,112,158,111,439,298,916,927,664,846,826,299,542,582,443,474,917,754,544,698&s=PPPPC&grp=0&a=&pr1.x=62&pr1.y=14
Índice de Percepción de la Corrupción 2009. Transparencia Internacional (en español):http://www.transparencia.org.es/INDICE%20DE%20PERCEPCIÓN%202009/Tabla%20sintética.CPI_2009_table_spanish.pdf

Los principales problemas de la sociedad española

14/11/09, 1:55

Hace unos días hemos conocido los resultados para el mes de octubre del barómetro de opinión elaborado por el Centro de Investigaciones Sociológicas (Estudio nº 2.815). Una de las cuestiones más llamativas de la encuesta viene reflejada en la pregunta 7, en la que se cuestiona acerca de los principales problemas que aquejan a España. Para comprender mejor los resultados, se debe saber que se trataba de una pregunta de contestación espontánea en que podían darse hasta 3 respuestas.

Los resultados hablan por sí solos: el paro se configura como el problema que más importa, según los encuestados, con un 73%. Por orden de resultados, siguen los problemas de índole económica (46,8%), la inmigración (15,1%), la clase política, los partidos políticos (13,3%), el terrorismo, ETA (12,6%), la inseguridad ciudadana (9,9%), la vivienda (7,6%), la educación (6,0%) y la corrupción y el fraude (5,2%), entre otros.

Estos datos reflejan una realidad ineludible. La corrupción y el fraude ocupan el noveno lugar en la escala, con apenas un 5% de los votos, lo que da una idea de la percepción que la sociedad tiene de este tipo de conductas delictivas. En un clima de prácticas dudosas en los marcos administrativo o urbanístico, entre otros, las consecuencias negativas de estas acciones no parecen causar una impresión negativa en el común de los encuestados.

Dejamos abierta una pregunta al respecto: ¿esta baja “percepción de peligrosidad” se debe a que se trata de un tipo de delincuencia no violenta o porque pueda parecer que no afecta a todos los individuos?

Podéis opinar comentando esta entrada y votando en la encuesta de la derecha.

Barómetro de Opinión, CIS