Comidas Tradicionales

Con motivo de las fiestas de Semana Santa, Zamora marca fuertemenete su gastronomía con algunos cambios de la vida normal.

Estos son algunos de los dulces  más típicos y su elaboración:

ACEITADAS: Pasta dura de forma redondeada que presenta una superficie irregular formando surcos. Tiene unas dimensiones aproximadas de 8 cm de diámetro. De color tostado, más claro en las zonas profundas, su superficie es brillante, debido al baño de huevo que las recubre. Las Aceitadas se elaboran mediante un proceso artesanal que sigue pasando de generación en generación.
Para comenzar el proceso, en un recipiente se mezclan el aceite, el azúcar y la harina. Poco a poco, y sin dejar de remover se van echando los huevos. Se cortan las piezas y se unta su superficie con huevo. Se pone a horno medio hasta que adquieran el color deseado.
Este producto se vende a peso, pero también se puede encontrar en bolsas de plástico y en cajas de cartón.

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REBOJOS: Bollo de forma alargada que presenta un surco longitudinal, en su parte central, de color ligeramente más claro que el resto. Su textura, típica de una mantecada, resulta suave y agradable. Su aspecto externo y su coloración marrón, recuerdan el típico sobao pasiego. Tiene origen en una tradición familiar y el secreto de su elaboración se ha transmitido de generación en generación hasta el presente. A pesar de que este dulce cuenta con una larga tradición no existe testimonio cierto de sus orígenes, sino que su consumo y aceptación han propiciado la popularización de estas pastas entre las gentes de Zamora. La elaboración del Rebojo Zamorano sigue un proceso muy artesanal, en el que su sabor y textura particulares se logran, con una cuidadosa receta. Una vez, batidos huevos y azúcar, se añade la harina y la levadura. Se tiene en un horno medio hasta que el producto esté en su punto.

 

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MAGDALENAS: Aunque se venden, y se consumen durante en todo el año, en Semana Santa cobran especial protagonismo junto con las aceitadas. En un recipiente, con ayuda de una varilla o una batidora de varillas, bate la mantequilla (blanda) con 100 gramos de azúcar. Añade los huevos de uno en uno. Sigue batiendo.
Seguidamente, agrega la levadura y la harina. Mezcla con cuidado y deja reposar la masa entre 3 y 4 horas a temperatura ambiente.
Introduce la masa en una manga y llena todos los moldes 3/4 partes. Espolvorea con azúcar y hornea a 175º entre 8 y 12 minutos. Retiradas, y listas para soncumir.

 

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ALMENDRAS GARRAPIÑADAS: En una sartén honda poner el agua, el azúcar y las almendras. Acercarla al fuego, dejar cocer lentamente hasta que se haya consumido todo el agua y el azúcar empiece a hacer burbujas. retirar y revolver hasta que el azúcar se separe, formando polvo. Las almendras se pondrán blanquecinas.Volver a acercar el cazo al fuego lento, removiendo constantemente hasta que el azúcar empiece a acaramelarse.Rretirar y seguir removiendo las almendras, para que todas queden recubiertas por igual.
Volcarlas sobre un papel engrasado para que queden sueltas.

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Se venden durante todo el año en quioscos y pastelerías, y en Semana Santa en puestos ambulantes instalados en la calle de Santa Clara. Los cofrades de Jesús Nazareno las reparten en la madrugada del Viernes Santo.

En el terreno de lo Salado señalamos dos comidas que todo Zamorano Veterano come año tras año:

 

SOPAS DE AJO: Se toman para calmar el frío de la madrugada del Viernes Santo, en la procesión de Jesús Nazareno.
En un puchero de barro se dispone la grasa (manteca o aceite), calentando para freír en ella los dientes de ajo pelados y troceados. Cuando estén dorados se retiran y majan en el mortero con el pimentón (una cucharada), sumando un poco de grasa que homogeneice bien; después se mezcla con el resto del puchero.
Aparte, en cazuela de barro, se coloca el pan picado en sopas y se cubre con agua caliente, poniéndola al fuego; se añade el majado con la grasa y se sazona de sal. Cuece todo a fuego vivo durante unos 10 minutos, revolviendo con cuchara de madera, y luego, a fuego manso, unos 15 minutos más. Se sirve muy caliente en la misma cazuela. Hay quienes gustan de escalfar unos huevos en la sopa antes de servirla

 

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DOS Y PINGADA: Se trata de un plato sencillo que sirve de almuerzo la mañana del Domingo de Resurrección. Es servido en cafeterías y restaurantes y son muchos los zamoranos que se reúnen en el bosque de Valorio para degustar tan tradicional manjar.

Consiste en dos huevos fritos, lonchas de jamón serrano pasado por la sartén acompañado de buen pan.

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