Por qué aúllan los perros?

16/11/14, 19:42

Aunque los perros ladran más que los lobos, aúllan menos. La razón de que sea tan raro que un perro aúlle, radica en la diferencia entre la vida social del perro doméstico y la del lobo salvaje. La función del aullido es sincronizar y reunir a la manada para la acción. Los lobos aúllan más a última ahora de la tarde, antes de la partida es un grupo de caza y a primera hora de la mañana, antes de salir otra vez.

Los perros domésticos, al servirles la comida sus amos, llevan una vida de cachorros de por vida y la necesidad de reforzar la cohesión de la manada (dar aullidos es su función) ya no es una función necesaria. El movimiento de la manada es lo que provoca los aullidos, no suelen darse entre ellos. La única vez que algo parecido a esto se da en la rutina de los perros domésticos es cuando estos son separados de su hogar. En estos casos pede que los perros aúllen por la soledad, esto tiene una función idéntica al aullido del grupo de lobos. Ambos dicen el mismo mensaje: yo (nosotros) estoy (estamos) aquí… Dónde estáis vosotros?? venid y reuníos con nosotros).

En estado salvaje, el efecto de este aullido es atraer a los otros miembros de la manada como un imán, e inducirles a unirse a la canción de la tribu. Los humanos que no responden al perro que aúlla, están faltando a sus deberes caninos.

Algunos perros macho que nunca aullaban en circunstancia normales, se sabe que lo hacen en tonos prolongados y melancólicos que rompen el corazón cuando se ve en apartados con firmeza de una atractiva hembra en celo. Esto no significa que aullar sea una señal sexual, se trata meramente de otros contextos sociales en el que el mensaje básico es “únete a mí.”

Este mensaje del aullido es tan poderoso que los trabajadores del campo han podido capturar a lobeznos empleando aullidos falsos. Subirse a un árbol e imitar el aullido de los lobos adultos, a veces es suficiente para conseguir que los lobeznos se presenten para unirse a los aullidos. Sin embargo a los lobos viejos, no se les puede engañar con esta estrategia, lo que revela la importancia de la experiencia y el entendimiento de este mensaje de llamada.

Cuando maduran, cada lobo llega a distinguir la identidad individual de cada aullador. De hecho, los trabajadores del campo pueden llegar a distinguir de esta manera a los diversos miembros de una mandada de lobos. Existen leves variaciones en la secuencia del soniquete del aullido, que se convierte en la firma de una tonada personal. Por lo tanto, en este caso el comunicado es: soy yo, “ven a unirte conmigo.”  El mensaje pleno puede incluso proporcionar más detalles. Algunos expertos en lobos creen que cada aullido trasmite asimismo información acerca del humor exacto del lobo que esté aullando, cuando echan hacia atrás sus cabezas y expresan sus melancólicas voces. Y, dado que el aullido es más común en las fronteras del territorio de la manada, aparece que aquí existe también un elemento de exhibición territorial, haciendo saber que los otros grupos que están ocupando un lugar que ya tiene dueños y que pueden sufrid daños.

Resulta significativo que los lobos solitarios, los que se han alejado de la manada, no se unen a los aullidos del grupo desde su distantes posiciones. Ni tampoco tratan de unirse de nuestros asuman a original. Pero aúllan por si mismos de vez en cuando, en los casos en que el resto de la manada está silenciosa. Si le responde a otros lobos alejados, eso le hace unirse y comenzar una nueva manada en algún otro territorio que sea ocupado.

Volviendo al perro doméstico, queda claro porque estos son menos propensos a aullar que sus primos salvajes: No producen actividades sociales. Si los perros domésticos se concentran en grupos grandes que sean parecidos a una manada, puede darse de nuevo la acción de aullar, esto ocurre a menudo en las jaurías de perros de caza. Asimismo, si los perros se guardan solos, o se mantienen alejados de las perras con celo, o si se abandonan y se convierten en perros callejeros o salvajes, también pueden aullar. Pero el perro doméstico adulto que vive en el calor de una familia humana, simplemente, no se siente impulsado a producir aullidos.

Existe una divertida excepción a esta última afirmación, y se refiere a las familias musicales. En los tiempos anteriores a la televisión, cuando las familias solían pasar la velada cantando, ciertos perros domésticos interpretaban mal las señales y daban por supuesto que sus amos trataban de unirse a la manada para un esfuerzo concertado. Entusiasmados, responda la llamada de la caza echando hacia atrás la cabeza y aullando junto con el resto de su manada humana, aunque pueden sentirse frustrados por la reacciones negativas que, en general, esta produce.

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