Sería extremadamente difícil, incluso imposible, relatar, aunque sea de la forma más breve posible, todas las hipótesis que se han emitido, todas las teorías que se han presentado sobre el origen de la multiplicidad de las razas. Esto es debido a que antes de que los perros paseasen por las ciudades vestidos con ropa para perros aunque fuese bull terrier y durmiesen en pisos y comisen buena comida para perros, ha habido una larguísima evolución.

Los especialistas sólo concuerdan en que, durante un primer período bastante largo, el esqueleto de los perros presentaba gran uniformidad, con unas diferencias morfológicas mínimas.

Sólo en una segunda etapa la osamenta del perro comienza a acusar gran variedad de formas y proporciones, reveladora de la diferenciación de las razas y de su evolución hacia la multiplicidad de los tipos actuales. Así, Bourguignat descubrió en la gruta de Calmette, cerca de Vence, esqueletos de perros muy diversos: un basset, un perro de pastor, dos lebreles, un perro de muestra, varios dogos y grandes perros de montaña.

El misterio rodea todavía el proceso de evolución del primer perro salvaje y son muchas las preguntas que surgen sobre el origen de esta evolución y sobre el fenómeno de este polimorfismo a las que la ciencia aún no ha podido responder con exactitud. ¿Mutaciones brutales? ¿Adaptaciones progresivas al medio? Cierto, pero estos dos fenómenos no bastan para explicar por completo tal variabilidad en las formas.

Respecto a esta evolución, Becker ha presentado una interesante teoría basada en el estudio del desarrollo del cráneo en el perro de pastor. Distingue cuatro fases principales:

En el nacimiento, la parte encefálica del cráneo es mucho mayor que la parte facial, haciendo que la caja craneana se parezca a la de los spaniels enanos. Hacia los cuatro y cinco meses, cuando aparece la segunda dentición, las mandíbulas se alargan, la forma globulosa del cráneo disminuye pero el cráneo sigue siendo muy ancho por delante de los ojos.

La caja craneana se parece a la del fox o el airedale.

Hacia los cinco o seis meses, terminada ya la dentición, la parte ancha del cráneo se adelgaza y continúa el alargamiento maxilar. El cráneo va pareciéndose bastante al del danés.

En el adulto, los lados de la mandíbula superior se curvan aún y el cráneo tiende a retraerse orientándose hacia la morfología del cráneo del lebrel.

En este caso preciso, se podría emitir la siguiente teoría: algunos tipos de perro evolucionaron como consecuencia de las circunstancias; otros se detuvieron en su evolución; estos últimos, se orientaron de forma diferente para adaptarse a la influencia del medio.