Recientemente, un grupo de científicos de Japón,  han aclarado una de las preguntas sin contestación en el mundo de la veterinaria: ¿Por qué algunos perros tipo spitz pueden pasar tanto tiempo parados y caminando sobre la nieve sin que se congelen sus patas?.

Lo  investigadores Científicos de la Universidad Yamazaki Gakuen de Tokio, se cuestionaron cómo podía ser que los perros no fueran sensibles al frío en sus extremidades, teniendo menos aislante en la piel de sus patas que en pelaje del resto del cuerpo. Parece ser, que las almohadillas de las patas tienen una capa con un gran contenido en grasa, por lo que tardan mucho más en sufrir congelación que otros tipos de tejidos. Además estas almohadillas también cuentan con una superficie, cuyo porcentaje espacio/volumen alto, lo que significa que también repelen el calor con facilidad.

Cuando las personas se exponen a temperaturas muy bajas, se produce lo que llamamos  vasoconstricción ( una disminución del volumen y de la estructura de los vasos sanguíneos) tanto en las manos como en los pies,  esto provoca una reducción en el flujo sanguíneo y la pérdida de calor. Así, nuestro metabolismo consigue que nuestra sangre circule por todo el cuerpo sin que se haya  enfriado demasiado.

Este grupo de investigadores, bajo la dirección del  Dr. Hiroyoshi Ninomiya, utilizó un microscopio electrónico de barrido para observar las extremidades de cuatro perros grandes.  Después de varios estudios, descubrieron que las arterias que suministran sangre tenían redes de muchas venas de tamaño pequeño, también llamadas vénulas, y que el sistema funciona básicamente como un intercambiador de calor contra corriente.

Una vez que la sangre caliente llega a las extremidades por medio de las arterias, el calor se traslada hacia las vénulas , (que están estrechamente relacionadas con las  arterias), lo que asegura que la sangre se ha calentado antes de que regrese al resto del cuerpo.

Ya sabemos que a los perros les gusta comer casi de todo (yo tengo dos perros en casa, un Braco Húngaro y un Shar Pei que se lo comentado, parecen aspiradoras). Pero hay que tener en cuenta que hay algunos alimentos que un perro no debe comer ya que les pueden producir algo mucho más grave que una simple indigestión. A continuación os mostramos una lista de algunos alimentos comunes que nosotros consumimos habitualmente y que nunca debemos dar a nuestros perros.

1. Chocolate

El chocolate tiene una gran cantidad de teobromina, un alcaloide con una composición química muy parecida a la cafeína. Los perros metabolizan muy despacio este alcaloide, por lo que si comen mucho chocolate pueden enfermar hasta la muerte, pero ¿cuál es esa cantidad?, pues depende del tipo de chocolate, por ejemplo, el blanco casi no contiene teobromina, el chocolate con leche tiene miles de veces más que el blanco, pero si hablamos del chocolate negro o el de fundir, las cantidades se multiplican. Pero lo mejor es que nunca le demos ninguna cantidad, ya que podrá provocar  en nuestro perro diarreas, vómitos, hiperactividad y hasta un infarto, además estos síntomas pueden aparece días después de la ingesta.

2. Ajo

Hay estudios que afirman que algunos animales podrían digerir pequeñas cantidades de ajo en polvo, pero en mayores cantidades lo más seguro es que causen anemia y serios problemas intestinales. Es ajo contiene tiosulfato, muy difícil de procesar por el metabolismo de perros y gatos, además es muy dañino para los glóbulos rojos.

3. Cebolla

Lo mismo ocurre con la cebolla, también contiene tiosulfato, incluso más que el ajo, de hecho, en pequeñas dosis puede hasta provocar la muerte de nuestro perro.

4. Aguacate

El Persin, es una sustancia presente en los aguacates que es muy tóxica para el metabolismo de los animales, además no solo hablamos del fruto, sino de toda la planta, semillas incluidas.

5. Huesos

Todos tenemos la imagen de un perro disfrutando con su hueso, pero la verdad es que pueden ser terribles para el estómago de los perros. Además de lesiones graves en todo su sistema digestivo, pueden provocar otros problemas como heridas en la boca y rotura de piezas dentales.

6. Alcohol

Al tener un cuerpo más pequeño que el nuestro, el hígado de un perro no procesa bien el alcohol, en dosis pequeñas no es letal, pero provocaremos en nuestra mascota nerviosismo e irritabilidad. Lo que sí es bueno para ellos es la vitamina B de la levadura de cerveza, ya que al igual que en los humanos tiene unos efectos muy beneficiosos, para su pelaje o para su cerebro.

7. Leche

Casi ningún perro tolera la lactosa, si beben leche tendrán diarreas, vómitos o problemas gastrointestinales, ya que su organismo no posee las encimas necesarias para disolver los azúcares de la leche. Lo más recomendable si les gusta mucho es darles leche sin lactosa rebajada con agua.

1. El perro pertenece a la especie de los cánidos, junto con los lobos, los Dingos, los coyotes o los chacales.
2. De todas las razas el de menor tamaño es el Chihuahua, y el mayor tamaño es el Dogo Alemán, el que más pesa es el San Bernardo y el más veloz es el Galgo.
3. Los perros sudan a través de los cojinetes de sus pies.
4. Los perros tienen una visión nocturna muy superior a la humana.
5. Los perros son capaces de escuchar sonidos procedentes de una distancia de 225 metros, pero cunado acaban de nacer no pueden ni oír ni ver nada.
6. Los cachorros, durante la primera semana pasan  el 90% del tiempo dormido, el 10% restante lo dedican a alimentarse
7. El hombre utiliza a los perros como animal doméstico desde la era paleolítica.
8. No hay ninguna otra especia animal en el planeta que tenga la variedad de razas como el perro con más de 800 tipos.
9. Los perros consiguen mantenerse frescos gracias a la nariz y un perro con el hocico largo se podrá mantener fresco más fácilmente que uno con el hocico corto.
10. Los perros tienen un reloj biológico que funciona a la perfección . Saben perfectamente cuando les toca realizar la comida, dormir, salir a la calle…
11. El perro más longevo del que se tiene conocimiento vivió  29 años.
12. El primer animal que viajó al espacio  fue la perra Laika en 1957.
13. Hay perros que son capaces de detectar ataques de epilepsia en las personas antes de que sucedan
14. La camada más numerosa que se conoce fue de nada menos que 23 cachorros.
15. Los perros y los humanos comparten el 75% del código genético.

Otro de los mitos  alrededor de los perros es que un año en un animal equivale a siete años humanos, es decir, un perro de tres años tendría veintiún años si fuese una persona.

Pero la realidad es que establecer una equivalencia exacta es muy complicado, ya que esto depende de muchos factores, como son el tamaño del perro y también la edad que tenga cuando queramos hacer el cálculo, ya que los perros envejecen de una manera diferente a nosotros.

Durante los dos primeros años de la vida del perro la equivalencia resultaría que un perro pequeño de un año, tendría 12,5 años humanos, unos 10,5 años si se trata de un perro mediano y 9 si hablamos de un perro grande. A partir de los tres años de edad, entonces la equivalencia se reduce.

Vamos a ver algunos ejemplos, ya que dependiendo de la raza vamos a aplicar una u otra equivalencia.

• En perros pequeños, por ejemplo, vemos que cada año humano equivale a 5,20 si hablamos de un Beagle y 5,95 si se trata de un cocker spaniel.
• En perros medianos como el labrador, un año humano equivale a 5,74 años, sin embargo si se trata de un bulldog serían 13,42.
• En el caso de perros grandes, cada año humano equivale a 7,84 años en un pastor alemán y para el boxer serían 8,9.

Como casi todo el mundo sabe algo de perros, existen muchas leyendas y mitos que la gente da por ciertos. Una de estas leyendas es la que afirma que los perros ven en blanco y negro. Pues bien, la realidad es que los perros y por supuesto nuestro galgo afgano tampoco,  no ven en blanco y negro, no ven la vida como si fuese una película de la década de los 40. La realidad es que no ven algunos colores, no son capaces de apreciarlos y en otros casos los ven con poca intensidad, más apagados que nosotros.

Se ha concluido que todas las razas de perros poseen una visión dicromática, con un punto neutro a 480 nanómetros (un nanómetro es la mil millonésima parte de un metro). Esto quiere decir que no solo ven el blanco y el negro, sino que también son capaces de distinguir el azul y el verde. Pero los ven en un margen de longitudes de honda muy estrecho. Aún así, es muy difícil hacerse a una idea de cómo ve un perro, a día de hoy es imposible saberlo totalmente.

La explicación de por qué los perros ven un número menor de colores y con menor intensidad, se debe a que poseen dos tipos de receptores receptores de color (conos), en lugar de los tres que tiene el ser humano, de hecho la mayoría de los mamíferos poseen dos conos. La verdad es que lo animales suelen distinguir un objeto por su color antes que por su brillo.

A continuación os dejamos una imagen para que os hagáis una idea de cómo puede ver un perro: