Está de actualidad el tema del turismo de borrachera y todas sus consecuencias negativas. Hace tiempo que se oyen voces especializadas acerca de los efectos del turismo de masas descontrolado, pero parece que todo está permitido en aras del negocio: en España el sector turístico aporta más del 11 % al Producto Interior Bruto y se ha mantenido por encima del 10% incluso en los peores años de la reciente crisis económica. En la recién inaugurada feria FITUR de este año 2020 la comunidad de Baleares, una de las más turísticas de nuestro país, ha presentado un proyecto de legislación que pretende combatir ciertas modalidades de turismo de ocio que empiezan a resultar insoportables para los propios habitantes de los centros de acogida y que generan grandes costes sociales y económicos. El fenómeno no es exclusivo de estas islas, está extendiéndose cada vez más por todo el litoral mediterráneo y parece difícilmente controlable. No parece que este tipo de medidas, que llegan tarde y mal, sirva para corregir los excesos: hay muchos intereses de tour operadores y empresas de ocio poco escrupulosas que con frecuencia ni siquiera tienen vínculos estables con los centros donde operan y a las que, desde luego, les importa poco todo lo que se denuncia. Picar en las imágenes para más información.
El turismo de borrachera (todo sea por el negocio)
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