III CERTAMEN DE RELATOS CIENTÍFICOS MARGARITA SALAS 2019

Pulsando AQUÍ podéis escuchar  el programa especial de Eureka Cuentos  del  17 de junio de 2019, de Radio USAL,  dedicado al  III CERTAMEN DE RELATOS CIENTÍFICOS MARGARITA SALAS , organizado por los Departamentos de Biología y Lengua del Instituto Martínez Uribarri Salamanca.  Debajo podéis leer los textos premiados.
 

 4º ESO

Primer premio

VIDA DE UNA ENDORFINA

Carmen Blanco de Arriba

Creo que lo mas adecuado para empezar es presentarse. Soy 312, y soy una de las endorfinas de Miriam. No llevo mucho tiempo en su interior, pero si algo tengo claro es que se trata de una niña muy alegre, lo que hace más que sencillo mi trabajo y el del resto de endorfinas.

En general somos cadenas de proteínas, creadas por el propio organismo de Miriam para su felicidad y disfrute de la vida. La verdad es que me encanta mi trabajo, poder hacer feliz a una persona con tu mera existencia es algo maravilloso, al fin y al cabo, en estos días no es fácil sacar sonrisas. Pero ya basta de hablar de mí.

Miriam tiene 15 años. A su edad todo es felicidad, o al menos casi todo, los exámenes no son algo que despierten la atención de nosotras, las endorfinas. Sin embargo, cuando Miriam escucha música, está con sus amigos, lee o va al cine, allí estamos nosotras para hacer que esa canción, libro, película o tarde de amigos, sea el rato más feliz para ella. Para que lo disfrute al máximo y se olvide de los problemas que en su rutina diaria la rodean y agobian.

Las endorfinas somos discretas pero eficaces. Dudo mucho que ni tan siquiera Miriam sepa de nuestra existencia, pero tampoco nos preocupa, al fin y al cabo, si ella supiera que somos las responsables de su felicidad, se pasaría el día usándonos y llegaría un momento en el que ya no habría felicidad suficiente.

Os he contado como trabajo y como es Miriam. Es posible que mi vida sea corta, ya que al igual que el resto de mis compañeras, fui creada por el cerebro y en cuanto Miriam tenga algún momento de euforia seré liberada y mi recuerdo quedará en el olvido, pero tengo la certeza de que Miriam tendrá millones de momentos alegres, y aunque yo ya no esté, otras endorfinas harán el mismo trabajo que yo misma desempeño.

 

Segundo premio

CAOS, DESORDEN, VORÁGINE

Marieta Merchán Vizcaíno

Caos. Desorden. Vorágine.

Reinaba la anarquía y sentía como la confusión se apoderaba de mi hogar. El miedo se palpaba en el ambiente y, poco a poco, notaba como el pánico se apoderaba de mí.

Tenía la certeza que esto ocurriría algún día, sabía que esto iba a pasar. Desde pequeñas no nos habían enseñado otra cosa y, sin embargo, estaba completamente paralizada.

Era el primer vaso sanguíneo que había visto desgarrarse. Era impactante. Era para lo que me habían estado instruyendo toda la vida. Las paredes del tubo sanguíneo empezaron a contraerse y el resto de las plaquetas comenzaron a adherirse a la zona de la lesión del vaso sanguíneo. Estaba aterrorizada, pero sabía que no podía fallar a mis compañeras y, finalmente, me adherí como el resto.

Comencé a relajarme, pues sabía que sólo debíamos dejar actuar a los factores de coagulación y, una vez que estos hubieran formado el coágulo de fibrina, esta red mantendría firme el tapón que habíamos formado y sólo sería cuestión de días que el vaso sanara y todo volviera a la normalidad. Sin embargo, el caos no cesó. Algo no iba bien, ya que el vaso no paraba de sangrar y, por mucho que lo intentábamos, la sangre nos derribó a todas y a cada una de las plaquetas.

Otra vez. Caos. Desorden. Vorágine.

La sangre inundó mi hogar y todo quedó escondido bajo ese manto rojo. Era evidente lo que había ocurrido. No había los suficientes factores de coagulación para controlar el sangrado y ya era demasiado tarde.

Todas nos quedamos completamente heladas de miedo y sólo una palabra se nos vino a la mente: hemofilia.

 

Tercer premio

INCIDENTE EN EL MINISTERIO DE RESPIRAR

Emma Miguel Pérez

―¡Atención, atención! ― gritó el señor Pulmón, senador del Ministerio de Respirar. ―Que todos los miembros de los equipos de primera intervención estén atentos, la bocanada de aire es profunda y fresquita, fuera del recinto el viento es gélido. Las Vías Nasales que entren en funcionamiento lo antes posible para evitar males mayores.

El S.N.C (Sistema Nervioso Central) remitió una orden precisa a los Músculos Respiratorios que entraron en acción. Entrenados para ello y con su aspecto atlético, ejecutaron sus fabulosos movimientos. El Ventrículo Derecho del Corazón que observaba con cierta altanería a los incansables Músculos, sonrió con aires de grandeza. Estaba orgulloso de pertenecer al rico Ministerio de Don Corazón y, con petulancia bombeó hacía los pulmones la sangre venosa que regresaba desde los tejidos. El Lado Izquierdo del Corazón, un personaje afable, desinteresado y muy inteligente, al recibir gentilmente el alto contenido de dióxido de carbono y bajo de oxígeno, conseguía, con la inestimable colaboración de su compañera, la senadora de los Capilares Pulmonares, revertir la situación con la fórmula secreta que solo ella conocía, intercambiando hacía los tejidos, la sangre que sale de los pulmones mejorada y con alto contenido de oxígeno, dejando en mínimos el insufrible dióxido de carbono. Finalmente, con la unidad de Elite de la Espiración, expulsaban sin remilgos del sistema, el gas concentrado altamente en el dióxido. El senador Pulmón se tranquilizó al comprobar que toda la maniobra había sido satisfactoria. Remitió el informe de aliento estable a Don Corazón, que dio el Ok, prosiguiendo con las sesiones siguientes.

―¡Atención, atención! ―gritó el senador Pulmón, pero una llamada urgentísima del director Tráquea, interrumpió la sesión.

―¡Emergencia, emergencia! ha volcado un alimento en la Vía Respiratoria, a la altura de la tráquea, de momento no hay heridos pero si no se actúa inmediatamente puede haber una catástrofe. El senador Pulmón llamó rápidamente a Don Corazón, que remitió un Whatsapp con emoticonos color rojo de peligro inminente al profesor Heimlich que, rápidamente entró en acción al verificar en su base de datos que el Sistema Respiratorio tenía una antigüedad mayor de doce años.

El profesor pidió máxima concentración y localizó el Plexo Solar, que está encima de la boca del estómago. Con la mano en puño y la otra envolviéndola, elevó los brazos y ejecutó un movimiento violento para la desobstrucción del objeto accidentado en la Vía Respiratoria. Los órganos de todos los Ministerios del Cuerpo Humano aplaudieron a Don Corazón por su genialidad al contactar con el excelente profesor Heimlich, que solucionó el terrible percance con su famosa maniobra.

 

1º de BACHILLERATO

Primer premio

Cazador y presa

Lucía Hernández Crespo

Hay una escena, una imagen que se repite infinidad de veces, da igual la especie y el momento; esa escena se compone de un depredador y de una presa.

Cazador predeterminado por su ADN, programado desde su nacimiento hasta su muerte por instintos que lo impulsan a perseguir a su presa bien hasta alcanzarla o bien hasta terminar rendido por el cansancio. Presa compuesta por el impulso irracional de huir de todo peligro, porque para ella huir es sobrevivir. Una vez que la adrenalina es liberada por su organismo, la frecuencia cardiaca aumenta se dilatan las vías aéreas y lo único que importa es correr más rápido.

Una rana espera inmóvil y sin apenas respirar a que su presa entre en un rango donde fallar la caza es prácticamente imposible. Cuando esto sucede, dispara su lengua a mayor velocidad que un parpadeo humano y con una fuerza de cinco veces la gravedad inmovilizando a la pequeña mosca y a la vez matándola.

Una leona se posiciona entre la maleza después de casi 20 horas de descanso. Es momento de que ella, su pareja y sus crías, coman una buena pieza de carne fresca. Pronto encuentra una manada de ingenuas cebras pastando sin imaginarse lo que les pueda pasar. Selecciona una un poco más apartada del grupo que no parece estar enferma ni demasiado joven o vieja. La presa no muestra signos de ser consciente de lo que está a punto de ocurrir así que, sin esperar un segundo más, se lanza al ataque con toda la fuerza de sus musculosas patas.

Comienza la persecución: la cebra, en cuanto a visto el movimiento, comienza a correr como si la vida le fuera en ello, que es el caso. Todos sus músculos se estiran al máximo y su visión se agudiza para poder esquivar cualquier obstáculo que pueda hallarse en su camino. Todo termina en el instante en que sus largos caninos se hunden sobre el muslo derecho del pobre herbívoro, dando fin así a la carrera.

Ella se queda quieta, tratando de pasar inadvertida. Él acaba de llegar a casa con la ya muy habitual botella de vodka vacía en su mano y con sus sentidos y pensamientos opacados por esos cuarenta grados característicos de la bebida. Ella permanece con sus sentidos alerta y la adrenalina comenzando a correr por su organismo. Él se balancea tentativamente hacia el salón. Cuando sus miradas se cruzan, ella desea ser una cebra y tener la mínima oportunidad de huir, o de ser una mosca y no enterarse siquiera del momento en que todo termina. Pero por desgracia, ella no es nada de eso y, una noche más se resigna a agachar la cabeza y tratar de no contar los impactos que se suceden contra su cuerpo, rompiendo vasos sanguíneos y provocando pequeñas hemorragias internas. Se promete que nunca más será una presa, que nunca más dese dejará cazar por él. ¿Será capaz de cumplirlo, o terminará en palabras vacías como siempre?

Fdo.- LUCRECIA DE BORGIA

 

Segundo premio

El corazón

Victoria Velasco Parra

Un año se dice rápido, sucedió todo como en un abrir y cerrar de ojos, añorar el pasado es como perseguir el viento, pero sé que siempre algo de él permanecerá vivo conmigo. Noah adoraba salvar y curar vidas, pero desgraciadamente no se pudo salvar a el mismo. Dar una cosa a una persona que suele ser de gran valor y realizarlo sin obtener nada a cambio es lo que decidió el, donar todos sus órganos para seguir salvando vidas, así que decidí buscar a las personas a las que donó una parte de él.

Tras buscar y buscar encontré a aquella persona que tenía el corazón del amor de mi vida. El corazón consta de cuatro partes distintas llenas de sangre, y cada una de esas partes se llama cavidad. Las dos cavidades de arriba se llaman aurículas y las de abajo ventrículos, todo de él y ahora lo tenía aquel desconocido. Todo encajaba perfectamente, sabía que era su corazón, el corazón que ya lo había escuchado mil y una veces. Me presenté muy educadamente a Hugo, el receptor del corazón de Noah y al darme dos besos noté algo, una fuerza inexplicable, su piel era tan fuerte que la notaba junto a mí hasta en la distancia y su corazón tan ruidoso que yo escuchaba todo Madrid.  Fue como volver a estar con Noah durante unos segundos. Yo sabía que la mejor opción era pasar de página, pero mi cabeza no olvida a quién el corazón quiere seguir recordandolo toda la vida. Estaba perdida sin saber qué hacer, me despedí sin decir ni una palabra, salí corriendo sin saber con quién ir ni a dónde ir y sin darme cuenta un coche rojo a toda prisa marcó en fin de mi vida y el nuevo comienzo de otra junto a él.

 

Tercer premio

H2O

Eva Hernández Barro

 Incertidumbre, oscuridad, frío, soledad, son palabras que se quedan cortas a mi situación. Situación casi incomprensible y que a día de hoy es un enigma para los que la estudian. Es más, otros niegan este viaje, como si me lo hubiese inventado, creen que surgí de la interacción de nosequé átomos a altas temperaturas en unos supuestos `volcanes´. En fin, chorradas.

Me hallo anclada a un pedazo de roca helada y flotante que lleva vagando… ni siquiera sé cuánto tiempo. Y todavía se atreven a excusarse. Yo no niego que el señor `volcán´ no haya tenido nada que ver, de hecho parece un tipo muy majo, pero de ahí a llevarse él todo el mérito hay un paso, un paso enorme. Hay otros que se justifican con un señor con barba y túnica, o con cuatro brazos, o con cabeza de halcón. Me parece insultante. Las demás moléculas como yo también se sienten igual, y es que tampoco entendemos nuestro propósito aquí.

Esta roca se mueve tan rápido que muchas se han quedado por el camino, a saber dónde han ido a parar. Si por lo menos supiésemos el propósito de esta misión o quién nos envió igual lo veríamos de otra manera, pero nada, nadie lo sabe. De lejos se ven más pedazos de roca con los que nos es imposible contactar. Igual hay más moléculas iguales y saben algo más. También se ve un punto brillante entre la nada que le rodea. Seguramente lleve ahí más que nadie. Estoy harta de dar vueltas sin poder ponerle remedio. Si todavía nos pudiésemos acercar a preguntar…

Entre suposiciones y conjeturas, parece que nos acercamos a una roca enorme. Quién me diría a mí que acabaríamos siendo las reinas de aquel lugar, que nos adorarían en cualquiera de nuestros tres estados, que incluso serviríamos como un sistema de medida de sus habitantes bípedos. Quién nos diría que, pese a todo y a todos, acabaríamos siendo indispensables.

Primer ACCÉSIT

MORGAN

Alejandro Calvo López

Londres, una fría noche de invierno, el humo de un cigarro se desvanece en la oscuridad y la niebla. A la puerta del hospital Saint Thomas, sentado en un bordillo viendo pasar los minutos, las horas… El nerviosismo brotaba de la piel de David, estaba a punto de ser padre.
Paso firme, pero inseguro, manos temblorosas y una felicidad inigualable. El chirrido de la puerta alerta a la secretaria que al momento baja la mirada. Luz blanca al fondo del pasillo, lloro de un bebé… La expresión facial del médico lo decía todo, algo no había salido como era de esperar. Síndrome de Moebius, no paraba de rebotar en la cabeza de David como si se tratase de un pinball…
Morgan, así lo llamaron. Su infancia fue normal, a los tres años comenzó a ir a clase como cualquier niño de su edad. Escribió sus primeras palabras como cualquier otro niño, aunque leer le costaba mucho. La crueldad de los niños pequeños cayó sobre Morgan como un jarro de agua fría, aunque él aparentaba ser muy fuerte por fuera, por dentro sufría mucho. Continuó así el resto de años de Educación Primaria.
Al llegar la ESO, aparecieron las primeras redes sociales con lo que volvió esa crueldad pero ya no solo en la escuela, en cualquier lugar… Morgan no hablaba con sus padres sobre nada de esto, se lo guardaba todo para él, los insultos, las risas… Morgan sufrió mucho.
El 13 de agosto de 2031, en Almería, Morgan y sus padres disfrutaban de la playa y el calor. Morgan era incapaz de desconectar de todo… Se encontraba siempre en un estado doloroso interior que nunca expresaba, posiblemente porque tampoco podía… Aquel día comieron una ensalada con tomate, atún en lata, aceite… La lata de atún brillaba entre la basura, lo que llamo la atención de Morgan, ojalá nunca lo hubiese hecho.

 

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