EUREKA. Nanomedicina contra el cáncer. El año de la tabla periódica

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La revista Cancers, referencia internacional en el campo de la oncología, incluye en su número especial “Cancer Nanomedicine” un artículo del grupo de investigación Aplicaciones Biomédicas de Ingeniería Química de nuestra Universidad de Salamanca, firmado por Nieto, Vega, Enrique, Marcelo, y Martín del Valle que describe nuevas opciones de tratamiento con nanotecnología para luchar contra los tumores. Supone un aporte relevante en el desarrollo de posibles terapias en cáncer focalizadas en aprovechar el metabolismo de las células tumorales cancerígenas. Para ello entrevistamos a la directora del grupo y firmante del artículo a la catedrática de Ingeniería Química Eva Martin del Vallela. Ademas le hemos preguntado sobre el año internacional de la Tabla Periódica.

Nanopartículas contra el cáncer
A pesar de los progresos realizados en la lucha contra el cáncer el pasado año murieron en España algo más de 110 000 personas por distintos tipos de cáncer.
Todos los tipos de cáncer se inician cuando algunas células del cuerpo empiezan a dividirse sin detenerse y se diseminan inicialmente a los tejidos próximos.
Normalmente, las células humanas crecen y se dividen para formar nuevas células a medida que el cuerpo las necesita. Cuando las células normales envejecen o se dañan, mueren, y células nuevas las remplazan. Sin embargo, en el cáncer, este proceso ordenado se descontrola. A medida que las células se hacen más y más anormales, las células viejas o dañadas sobreviven cuando deberían morir, y células nuevas se forman cuando no son necesarias. Estas células adicionales pueden dividirse sin interrupción y pueden formar masas que se llaman tumores. Muchos cánceres forman tumores sólidos, los cuales son masas de tejido. Los cánceres de la sangre, como las leucemias, en general no forman tumores sólidos.
Además, al crecer estos tumores, algunas células cancerosas pueden desprenderse y moverse a lugares distantes del cuerpo por medio del sistema circulatorio o del sistema linfático y formar nuevos tumores lejos del tumor original. Es la temida metástasis.

La mejor forma de luchar contra el cáncer es destruir las células cancerosas antes de que se extiendan por el cuerpo. El problema es que la mayoría de las técnicas para mater células cancerígenas también matan las células sanas. Métodos selectivos como el que nos cuenta nuestra invitada y otros, como los basados en la inmunoterapia, son nuevas armas en la lucha contra el cáncer

2019, el año de la Tabla Periódica 

Desde haces siglos los alquimistas y los químicos sabían que los elementos químicos podían ordenarse en función de sus propiedades, pero no habían encontrado un patrón para clasificarlos. Esta labor la realizó el químico ruso Dmitri Mendeléyev. Era el menor de una numerosa familia siberiana. Tras la muerte de su padre, sin recursos se trasladó con su madre y algunos hermanos a San Petersburgo, la gran ciudad imperial, en busca de un futuro. A los 21 años obtuvo el título de maestro de ciencias, con solo 33 ya era catedrático. Sus clases eran multitudinarias.

Tenía un empeño especial en ser didáctico y probablemente es lo que le llevó a inventar la tabla periódica pues la creo como un método para explicarle las propiedades de los elementos a sus estudiantes de Química. Para ello utilizo 63 cartas, una para cada uno de los elementos que se conocían en su tiempo, anotando en ellas el peso atómico y algunas de las características químicas de cada sustancia. Después empezó a agrupar las cartulinas como si jugara una partida al solitario. Comprobó que, si ordenaba los elementos según sus pesos atómicos de manera creciente, presentaban características químicas muy próximas a intervalos regulares. Dispuso las cartas formando una tabla, en la que dejó intencionadamente casillas vacías, pues postuló con acierto la hipótesis de que estas pertenecían a elementos aún desconocidos de los que podían deducirse sus propiedades. La primera tabla periódica la incluyó en su manual Principios de Química en la edición de 1869, ahora hace 150 años. Tras la publicación de la tabla fueron apareciendo nuevos elementos en los lugares que había dejado en blanco.

Mendeléyev no obtuvo el Premio Nobel. El premio lo instituyó Alfred Nobel con el capital que había acumulado en sus fábricas de armas. Inicialmente estaba destinado a descubrimientos recientes y el primero se otorgó en 1901 y ya habían pasado más de 30 años desde el descubrimiento de Mendeléyev, quizás eso explique por qué no se le dio. No es el único caso de gran descubriendo no reconocido con el Nobel. Pero recibió un reconocimiento que lo haría inmortal cuando, en 1955, se fabricó un nuevo elemento que ocupa la casilla 101 de la tabla periódica, al que se le puso el nombre de mendelevio.