En este programa de EUREKA (pulsar AQUI) volvemos sobre el calentamiento global y comentamos noticias recientes.
El 12 de diciembre de 2015 195 países reunidos en París adoptaron el conocido como “Acuerdo de París” uno de cuyos objetivos era “Mantener el aumento de la temperatura media mundial muy por debajo de 2 °C con respecto a los niveles preindustriales, y proseguir los esfuerzos para limitar ese aumento de la temperatura a 1,5 °C con respecto a los niveles preindustriales, reconociendo que ello reduciría considerablemente los riesgos y los efectos del cambio climático”. El acuerdo en noviembre de 2017 había sido ratificado 125 estados (incluidos los 28 de la UE que lo hicieron de forma conjunta). Si bien el acuerdo formalmente entrará en vigor en 2020 se esperaría que las medidas se estarían ya tomando. Los hechos demuestran lo contrario. Países que se presentan como adalides de las energías renovables, realmente es pura publicidad. Como es Alemania y Noruega. Alemania produce el 40% de su energía eléctrica con carbón (para compensar el cierre de parte de sus centrales nucleares, no emisoras de CO2) y eso sin añadirle las emisiones reales producidas por el transporte (previsiblemente este emitiendo mas de lo que informa, recordemos el fiasco del trucaje de coches para falsificar las pruebas de consumo). Noruega que presenta como ejemplo de ecologismo, yademas de ser uno de los grandes emisores de CO2 exporta petroleo (15% de su PIB) y gases invernadero como metano en unas cantidades enormes.
Como comparación entre estos paises y España las emisiones equivalentes de CO2 (fuente: https://datos.bancomundial.org) en toneladas por habitante y año en 2014 (último cerrado) fueron las siguientes: 9,3 Noruega (sin contar lo que genera su gas y petroleo en otros países), 8,9 Alemania y 5 España.
Es frecuente presentar a las energías renovables como la panacea al calentamiento global. No hay duda que deben ocupar un lugar importante pero no es la panacea. Lo podemos comprobar en la situación actual en España: la sequía no permite la generación de energía hidráulica, a eso se añade la baja ventosidad que reduce la producción de energía eólica.
También se presenta como una ventaja la sustitución del carbón con gas, pues por unidad de energía producida el gas metano (la forma mas utilizado) emite menos CO2. En principio debería ser así, sin embargo a eso habría que añadirle las fugas de metano (gas 20 veces mas invernadero que le CO2) y estas no son despreciables (no hay datos fiables sobre su impacto).
Otro tanto puede decirse de los coches eléctricos: no emiten CO2 en si mismo pero todo depende del origen de la energía usada para cargas las baterías .
Otro factor fundamental en la lucha contra el cambio climático es la reducción de las zonas sumideros (bosques, agua de mar con una capacidad cada vez menor de captar CO2).
La idea de que existen un limite de emisiones que estamos a punto de superar es un error, probablemente con lo ya emitido la Tierra tardará milenios en amortiguar el impacto. El asunto es si los próximos decenios el proceso se acelerará como preconiza el genial Lovelock (autor de la Gaia) en su La venganza de la Tierra.
30 de Octubre de 2017, casi dos años después del Acuerdo de París:
En Boletín de la Organización Meteorológica Mundial leemos:“Desde 1990, ha habido un aumento del 40% en el forzamiento radiativo total -el efecto de calentamiento en nuestro clima- por todos los gases de efecto invernadero de larga duración, y un aumento del 2,5% solo entre 2015 y 2016”. 2016 ha sido un año negro en la lucha contra el calentamiento global: La concentración media mundial de CO2 ha alcanzado 403,3 PPM (partes por millón) superando en mas del 1% las media de 2014 y un 25% mayor de la que había en 1975, siendo el nivel más alto de al menos los últimos 800 000 años. El origen está claramente relacionado con las emisiones de CO2 y otros gases invernadero, como el metano, la mayoría de origen antropogénico. El efecto se ve amplificado por una desforestación masiva.
“Advertencia de los científicos del mundo a la humanidad: Un segundo aviso”
Este es el título del artículo publicado en la revista BioScience, el 13 de noviembre, firmado por mas de 15 mil científicos.
El bienestar humano se verá “seriamente amenazado” por tendencias negativas en algunos tipos de daños ambientales, como el cambio climático, la deforestación, la falta de acceso a agua dulce, la extinción de las especies y el crecimiento de la población humana, escriben los expertos. Sin embargo, “la humanidad no está tomando las medidas urgentes necesarias para proteger nuestra biosfera en peligro”, según los firmantes del artículo, pues “la abrumadora mayoría” de las amenazas que ya se habían descrito persisten y, “de manera alarmante, la mayoría están empeorando”.
Esta es la segunda advertencia sobre los peligros del futuro, pues todas las tendencias han empeorado desde 1992, cuando más de 1700 científicos, entre ellos todos los premios Nobel, firmaron “Advertencia de los científicos del mundo a la Humanidad”. La nueva advertencia ha sido escrita por un equipo internacional liderado por el profesor William Ripple de la Universidad de Oregón, Estados Unidos, usando datos de agencias gubernamentales, organizaciones sin ánimo de lucro e investigadores individuales para advertir sobre los “daños sustanciales e irreversibles” a la Tierra.
Aunque el panorama parece sombrío, los científicos señalan que se han hecho progresos en algunas áreas como la reducción de los productos químicos que dañan la capa de ozono y el aumento de la energía generada con fuentes renovables. Además, en algunas regiones se ha producido un “rápido descenso en las tasas de natalidad, lo que puede atribuirse a inversiones para la educación de las mujeres” y también se ha registrado una ralentización de la tasa de deforestación en algunos lugares.
Entre las tendencias negativas el artículo señala la reducción de 26% en la cantidad de agua dulce disponible “per capita”, el descenso en las capturas de pescado salvaje, a pesar del aumento de los esfuerzos pesqueros, o un incremento de 75 % en las zonas muertas de los océanos. También causa preocupación la pérdida de unos 1,2 millones de kilómetros cuadrados de zonas boscosas, muchas de ellas convertidas a usos agrícolas, el continuo incremento de las emisiones globales de carbono y el aumento de las temperaturas. La Alianza de Científicos Mundiales también destaca el aumento de 35% de la población humana, mientras se da una reducción colectiva de 29% en el número de mamíferos, reptiles, anfibios, aves y peces.
Oumuamua el visitante inesperado sigue deparando sorpresas
Hace algunas semanas comentamos en EUREKA la noticia de la detección de un asteroide de origen extrasolar. El nombre provisional era A 2017U1, ahora ha sido renombrado por la Organización Astronómica Internacional como 1I/2017 U1, dando lugar a una nueva categoría de objetos: los interestelares. Además se le ha puesto el sobrenombre de `Oumuamua’ que en hawaiano (lugar de uno de los telescopios usados para observarlo) significa algo así como: mensajero enviado desde un pasado lejano para alcanzarnos. Sabemos que es un objeto rocoso oscuro, rojizo, muy alargado y de alto contenido metálico. Cada vez nos recuerda más a la novela CITA CON RAMA del genial Arthur Clarke.
Las tormentas emiten radiación gamma
Se acerca un sistema de tormenta: el cielo se oscurece y el retumbar del trueno retumba desde el horizonte. Entonces, sin previo aviso … ¡Destello! ¡Choque! – Ha caído un rayo.
Esta escena, aunque familiar para todos y repetida constantemente en todo el planeta, no deja de tener una sensación de misterio. Pero ahora ese misterio se ha profundizado, con el descubrimiento de que los rayos pueden generar radiación gamma producida por la aniquilación de electrones y positrones, en definitiva por un choque de materia, los electrones, y antimateria, los positrones o electrones positivos.
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