EUREKA El cielo a simple vista

Este programa de EUREKA lo dedicamos a contemplar el cielo a simple vista. Pulse aquí para escucharlo.

La contemplación del cielo una noche estrellada, lejos de la contaminación lumínica, es uno de los espectáculos más sobrecogedores del que se puede disfrutar. No es extraño que durante milenios los seres humanos observasen el cielo y se diesen cuenta de que el Sol, las estrellas y la Luna siguen ciclos regulares. La mayoría de las culturas hicieron interpretaciones mitológicas o religiosas de los astros, pero también los utilizaron con un sentido práctico, para el establecimiento de calendarios que sirvieron, entre otras cosas, para planificar las cosechas. Los egipcios asociaban la aparición de Sirio, la estrella más brillante del hemisferio norte (ahora sabemos es un sistema binario), como preludio de la crecida del Nilo.  El verano es un buen momento para alejarse de las luces de la ciudad y contemplar el cielo. En si es un espectáculo maravilloso, lo es mucho más si somos capaces de interpretar lo que estamos viendo. Este es el primero de dos programas de EUREKA con recomendaciones e ideas para aprovechar esta verano observando el cielo. El de hoy lo vamos a dedicar a mostrar lo que se puede aprender simplemente observando el cielo a simple vista.

 

 

LAS CONSTELACIONES

 

Cuando observamos el cielo a simple vista una noche despejada, la casi totalidad de lo que podemos ver son estrellas, quizás 2 o 3 planetas, y con frecuencia la Luna. Las distintas culturas imaginaron que las estrellas representaban figuras que hoy denominamos constelaciones. Esto ocurría en civilizaciones que no tenían entre sí conexión alguna. Por ejemplo: Las siete estrellas más brillantes que forman el Carro de la Osa Mayor eran interpretadas en sitios muy diferentes de la misma forma: correspondía a la representación de un carro. Los pobladores de las islas británicas decían que era el carro de su legendario rey Arturo. Para los germanos representaba un carro tirado por tres caballos.  Los griegos construyeron historias más complejas: En una leyenda griega, el dios Zeus y la mortal Calisto tenían un hijo llamado Arcas.  Hera, la celosa esposa de Zeus, convirtió a Calisto en una osa.  Arcas, sin saber que la osa era su madre, casi la mata. Zeus convirtió a Arcas también en una osa. Calisto es la Osa Mayor y Arcas la Osa Menor. Los griegos tenían historias de este tipo para casi todas las agrupaciones de estrellas del cielo.  Muchas de ellas han dado nombre a las constelaciones. A lo largo de años se fueron añadiendo constelaciones hasta cubrir todo el cielo. En total hay 88 constelaciones, aunque dependiendo del lugar en el que estemos y de la hora solo podemos contemplar unas pocas. En 1930 la Unión Astronómica Internacional precisó los límites de cada una de ellas.  Obviamente son líneas imaginarias que en conjunto cubren todo el firmamento, incluyendo ambos hemisferios.  Como en los mapas, no se necesita retener el detalle de las constelaciones. Éstas, y los nombres de las estrellas más importantes que las forman, están representadas en lo que se llama planisferio. Un planisferio nos muestra el cielo de cada noche para el día y la hora elegida. Hay aplicaciones para móviles que hacen la función de planisferio, pero un planisferio en papel nos da mejor idea que un complemento para móvil o tableta. Las revistas para aficionados a la astronomía, como ASTRONOMIA en cada número incluyen un planisferio específico para cada mes con recomendaciones de lo más interesante del mes.

 

 

LA ASTROLOGIA y el ZODIACO.

Hace milenios algunos pensaron que nuestro destino estaba escrito en las estrellas, así surgió la Astrología. La astrología atribuía a las constelaciones propiedades predictivas como era la de marcar el futuro de las personas nacidas bajo una constelación. Los astrólogos dividieron el firmamento en 12 constelaciones, cada una de las cuales correspondían a los aproximadamente a 12 ciclos lunares que tiene un año. A cada división se le asignó un símbolo, es lo que hoy llamamos signos del zodiaco. Se tomó como inicio la constelación que estaba en la dirección del punto Aries en el siglo V a. C. que coincide con el equinoccio de primavera. Esa división se ha mantenido hasta la actualidad, aunque realmente las constelaciones hoy día no están en el mismo sitio que hace 2500 años. Las fechas astronómicas reales del zodiaco corresponden a la constelación que está situada tras el disco solar en esa época del año, en la dirección opuesta a la que está la Tierra. Hoy sabemos que el Sol realmente recorre 13 constelaciones y no 12. La decimotercera es Ofiuco.

Aunque en la vida de una persona las estrellas parecen estar fijas siguiendo un ciclo de 23 horas y 54 minutos. Si Ud mira a una estrella a una hora determinada esa estrella al dia siguiente estará en el mismo punto 4 minutos antes. Pero si observamos el cielo durante años y vamos midiendo la posicion de las estrellas con precisión observaríamos que la posición de las estrellas va cambiando, es así pues  el eje terrestre se mueve como una peonza en ciclos de 26 000 años, además las estrellas a su vez se mueven respecto del Sol. Como consecuencia de ello se produce un desplazamiento de las estrellas inapreciable de un año a otro pero en miles de años se hace evidente. Por ejemplo.: La estrella Polar ahora muestra con bastante aproximación el Norte geográfico, sin embargo hace 3000 años la posición del norte era ocupada por la estrella Vega. De la misma manera las constelaciones se han ido desplazando pero los astrólogos se han olvidado de ello. Así en la actualidad a una persona nacida el 21 de Marzo se le atribuya el signo de Aries, cuando la constelación que ahora ocupa esa posición es Piscis. Lo mismo sucede con todos los signos. Es decir, su signo zodiacal no es probablemente el que Ud crea, tampoco es importante, no lo valdrá para nada conocerlo. Sorprende que aún hay quienes siguen confundiendo la esotérica Astrología, que es una superchería, con la ciencia de la Astronomía. Los astrónomos (científicos) se sienten indignados cuando se les confunden con los astrólogos (“falsos adivinos”). No obstante, hasta hace 300 años los astrónomos ejercían también de astrólogos. Muchos de ellos lo utilizaron como medio de subsistencia. Hoy hay quien sigue practicando la Astrología, sorprende que todavía haya crédulos que crean en esta superchería.

 

guillermo
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