La linterna mágica como amuleto

A pesar de ser una ‘gran desconocida’, la linterna mágica siempre me ha dado suerte.
Uno de los objetivos de este blog es arrojar un poco de luz sobre su historia. Quizás de esta forma pueda devolverla parte de lo que ella me ha dado.
La linterna mágica fue un medio audiovisual basado en la proyección de imágenes y uso sincrónico de sonidos que alcanzó entre los siglos XVII y XX una significativa trascendencia cultural. Aunque la linterna mágica desarrolló una próspera industria de equipos y satisfizo una variada demanda de prácticas de consumo, a partir del desarrollo de sistemas expresivos llenos de sentido, su estudio habitualmente ha estado fuera de la planificación académica de la historia de los medios de comunicación. Dos motivos pueden explicar esta situación: La dispersión patrimonial de sus fondos y la indefinición conceptual de la linterna mágica como medio, que la mantiene adscrita al controvertido y confuso término de ‘precine’.
El deficiente tratamiento científico dado a los mensajes registrados en las placas de linterna mágica no reduce su importancia en la génesis de los mensajes mediáticos contemporáneos. Seguro que un par de datos ilustran mejor estas afirmaciones:
a) Durante el invierno de 1895, mientras los parisinos ‘estrenaban’ el Cinematógrafo Lumière, alrededor de catorce mil espectáculos de linterna mágica se ofrecieron en todo el territorio galo, sin incluir las sesiones organizadas por sociedades educativas o instituciones religiosas.
b) Tal fue la cantidad y diversidad de placas de linterna mágica que se produjeron a lo largo de su historia, que a finales del siglo XIX, los catálogos publicados para reunir la oferta de placas comercializadas llegaron a superar las 1.200 páginas y a inventariar cerca de 200.000 placas.