Historia de las Universidades. Historia de las universidades de Castilla y León (1940-2000)
Fuente: Guía de la Universidad. Madrid: Consejo de Universidades, Secretaría General, 1992
1.- Alcalá de Henares 2.- Alicante 3.- Autónoma de Barcelona 4.- Autónoma de Madrid 5.- Barcelona 6.- Cádiz 7.- Cantabria 8.- Carlos III de Madrid 9.- Castilla- La Mancha 10.- Complutense de Madrid 11.- Córdoba 12.- La Coruña 13.- Extremadura 14.- Granada 15.- Islas Baleares 16.- Jaume I de Castellón 17.- La Laguna 18.- León 19.- Málaga 20.- Murcia 21.- Oviedo 22.- País Vasco 23.- Las Palmas de Gran Canaria 24.- Politécnica de Cataluña 25.- Politécnica de Madrid 26.- Politécnica de Valencia 27.- Pompeu Fabra 28.- Pública de Navarra 29.- Salamanca 30.- Santiago de Compostela 31.- Sevilla 32.- Valencia (Estudi General) 33.- Valladolid 34.- Vigo 35.- Zaragoza 36.- Nacional de Educación a Distancia 37.- Internacional Menéndez Pelayo 38.- Deusto 39.- Navarra 40.- Pontificia Comillas 41.- Pontificia de Salamanca 42.- Girona 43.- La Rioja 44.- Lleida 45.- Rovira i Virgili 46.- Ramón Llull
Como acabamos de ver, la segunda mitad del siglo XX se ha caracterizado por una proliferación universitaria sin precedentes, que ha afectado a toda España, y también a la región castellano-leonesa. Y esta multiplicidad ha incidido tanto en la diversificación de facultades y titulaciones cuanto en la de colegios universitarios y universidades propiamente dichas. A fines de 1994, Castilla y León contaba ya con cuatro universidades: la recientísima de Burgos, la de León (1979/1980), y las tradicionales de Valladolid y Salamanca. De estas tres últimas ya hemos ofrecido las estadísticas de estudiantes y profesorado de principios de los años noventa. De la de León, por su extremada juventud, no podemos decir demasiado desde un punto de vista histórico. En el curso 1991/1992 comprendía cinco facultades (Biología, Ciencias Económicas y Empresariales, Derecho, Filosofía y Letras, y Veterinaria); 6 Escuelas universitarias no técnicas (Enfermería, Empresariales, Graduado Social, 2 Escuelas de Profesorado de E.G.B. y Trabajo social); 3 Escuelas universitarias técnicas (Industrial, Agrícola y Minera); 1 Instituto universitario de CC. de la Educación; y 1 Centro de Educación Física.
Una mayor evolución han tenido las clásicas universidades de Salamanca y Valladolid, también bajo el signo de la multiplicidad. En primer lugar de facultades y titulaciones. En la de Salamanca de la primera mitad del siglo XX se habían consolidado las facultades de Derecho, Medicina, Ciencias Químicas y Filología. Pues bien, a partir de los años setenta van irrumpiendo nuevos estudios: Geografía e Historia, Filosofía, Ciencias de la Educación, Psicología, Bellas Artes, Biológicas, Farmacia, Ciencias Físicas y Matemáticas… A finales de los años ochenta, los porcentajes de matriculados en las facultades de Salamanca alcanzaban estas cifras: Filosofía y Ciencias de la Educación (23,5%), Derecho (22,1%), Filología (13,6%), Medicina (10,4%), Farmacia (8%), Geografía e Historia (5,9%), Ciencias (4,6%), Biología (4,6%), Bellas Artes (3,6%) y Químicas (3%). En los últimos años se han creado las nuevas facultades de Ciencias Económicas y Empresariales, Ciencias Sociales, Traducción y Documentación. Todo ello articulado en 53 Departamentos y 3 Institutos. Puede observarse una cierta carencia en Salamanca de titulaciones técnicas superiores. Ello viene condicionado por la falta de un entorno industrial, empresarial y social, estimulante y atractivo para técnicos y tecnólogos.
Una estimulación contraria puede encontrarse, no obstante, en Valladolid, convertida desde fines de los setenta en un polo de desarrollo industrial destacado. También se produce en esta universidad una diversificación de la oferta docente. Filología Hispánica aparece durante el curso 1966/1967. Del mismo modo se ha ampliado considerablemente la vertiente de los estudios técnicos desde los años setenta: Arquitectura (1968), Ciencias Económicas (1974), Ingenieros Industriales (1976), Informática (1985), Telecomunicaciones (1987)… Posteriormente, en ambas universidades, al aplicarse la Ley de Reforma Universitaria (1983) a través de los respectivos estatutos (1985, 1988), ha tenido lugar una nueva diversificación y reorganización de Departamentos (en Valladolid existen 69 Departamentos y 7 Institutos), nuevas titulaciones y programas de doctorado, de los que no podemos dar aquí una cuenta pormenorizada.
Por lo que toca a la atracción estudiantil, el alumnado de Salamanca se había multiplicado por diez entre el año 1940 y finales de los años ochenta. El curso 1987/1988 se alcanzaban unos 25.000 matriculados (de entre ellos 17.758 en facultades) y el de 1990/1991 unos 27.625. Entre 1975 y 1985 los estudiantes salmantinos supusieron del 2,4 al 2,7 de los totales nacionales. Además, puede observarse que Salamanca continúa manteniendo cierta atracción y prestigio como ciudad universitaria. En efecto, durante el curso 1987/1988 tan sólo un 52,7% de los estudiantes de facultades pertenecían a su distrito universitario (Salamanca, Zamora, Ávila). El 47,3 restante procedía de provincias y regiones distintas; por orden de importancia: León, Cáceres, Valladolid, Madrid, Burgos, Guipúzcoa, Cantabria, etc. En algunas facultades esta diversidad de procedencias es mayor, por la inexistencia de tales estudios en otros distritos. Es el caso de Farmacia, Filosofía y Ciencias de la Educación, Bellas Artes, Psicología, Biología o Biblioteconomía. Por el contrario, existe una mayor provincianización y vinculación al distrito en facultades como Derecho, Medicina, Ciencias o Geografía e Historia, todas ellas con porcentajes superiores al 60%. Más aún, a finales de los años ochenta, y en contraste con etapas anteriores, el alumnado femenino se ha convertido en mayoritario, con porcentajes que sobrepasan el 60%. Su distribución resulta irregular, destacándose en las Escuelas de Formación del Profesorado de EGB, Enfermería, Ciencias de la Educación y Farmacia…
Otra peculiaridad de la Universidad de Salamanca la constituye la masiva afluencia de estudiantes extranjeros a sus Cursos Extraordinarios de Lengua y Cultura Española, organizados durante los meses de verano, desde comienzos de los años sesenta. A finales de los años ochenta registraban una participación de unos 2.500 matriculados de diversos continentes, y se destacaban los procedentes de Estados Unidos, Alemania, Italia, Francia, Países Bajos y Japón. Esta irradiación internacional resulta tan considerable que, para los comienzos de la década de los noventa, se ha calculado una media anual de entre 4.000 y 6.000 estudiantes extranjeros en Salamanca. Aunque, en estas cifras se contabilizarían tanto los asistentes a Cursos Extraordinarios de verano, y cursos ordinarios académicos, como los acogidos en otros “colegios” y centros docentes de la ciudad. Con todo esto, y la proyección y vinculaciones tradicionales de Salamanca con los países hispanoamericanos, no deja de sorprender que ninguna de las Leyes Generales de Educación (1943, 1970, 1983) haya concedido a esta universidad un cierto estatuto peculiar, en atención a las glorias del pasado y a su carácter emblemático para la cultura castellana y española.
Por lo que respecta a la Universidad de Valladolid, se ha convertido en la de mayor población estudiantil de toda la región. Durante las décadas de 1940 y 1950 se situaba en tomo a los 3.500 matriculados. Pero, a partir de 1965, las cifras se disparan. En dicho curso 65/66 eran 6.300 los alumnos; y a fines de los 70 y principios de los 80 se habían alcanzado medias de 19.000, contabilizando el alumnado de Valladolid capital y distrito. El curso 1986/87 eran más de 27.000 los matriculados, de los cuales 19.000 correspondían a facultades superiores. De modo que, entre 1947 y 1987, el global de la matrícula se había multiplicado por 7,5. Y las cifras para el curso 1990/91 alcanzaban un contingente de 41.299 inscritos en todo el distrito.
No obstante, con la proliferación de otras universidades y colegios universitarios, la Universidad de Valladolid ha sufrido una provincianización de procedencias, más acusada que la de Salamanca, por ejemplo. Así, la tradicional presencia vasca se ha reducido del 28,4% de la matrícula de facultades del curso 1957/59 al 1,1% del de 1986/87. Por el contrario, se ha incrementado el peso de los alumnos de la propia provincia de Valladolid, que han pasado del 21,8% en 1957/59 al 56% en 1986/87, por lo que respecta a las facultades y escuelas técnicas superiores. Y, del mismo modo, recogen un alumnado casi exclusivamente provincial los centros superiores de Burgos. Por lo que respecta a las escuelas universitarias del distrito, la tendencia al localismo resulta aún más acusada que en las facultades. A fines de los años ochenta, puede decirse que, en el conjunto de la matrícula de la universidad, tres provincias (Valladolid, Burgos y Palencia, por este orden de importancia) superaban muy ampliamente 3/4 de los contingentes, y que sólo entre un 12/14% de esta matrícula lo era de fuera del distrito. Y una parecida situación de localismo provincial se registra en la Universidad de León, la cual, el curso 1991/92 inscribía unos 10.872 alumnos.
