El debate sobre si las carreras de los nuevos planes de estudio y titulaciones se conformarían con cuatro o cinco cursos, tampoco es nuevo en la Universidad de Salamanca. Las opiniones en uno u otro sentido se expusieron en las facultades en los planes de 1999 y 2000, pero tenían precedentes nada menos que en los años de estudio de 1771.
El fiscal del Consejo de Castilla comentaba en dicha fecha la disminución de los cursos y la paralela multiplicación de asignaturas complementarias:
“Como los Estatutos de aquella Universidad [de Salamanca] pedían cinco años de estudios para recibir el grado de bachiller [licenciado] y ahora se hallan reducidos a cuatro en la real cédula de veinte y cuatro de enero [de 1771], ha aumentado el claustro las asignaturas de las cátedras, o, por mejor decir, ha cargado y aumentado el estudio de los profesores, para que en cuatro años los estudiantes oigan las explicaciones que antes se distribuían en cinco…”.
(Plan general de estudios dirigido a la Universidad de Salamanca por el real y supremo Consejo de Castilla, y mandado imprimir de su orden, Salamanca, Juan Antonio de Lasanta, 1772, pág.99).
