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Blog de Ana Fraile
Facultad de Ciencias
 

Décimo séptima lección: una aplicación de la presión en los fluidos.

En la anterior entrada, décimo sexta lección: la presión en sólidos y fluidos hablé sobre dicho tópico con algunos ejemplos del día a día. Hoy me gustaría hablar de una aplicación en concreto a partir del ejemplo del guante que puse.

A riesgo de parecer reiterativa, voy a explicar aún así de nuevo el tipo de montaje que usamos en clase:

Se unió un guante de látex a la parte superior de una botella de agua que estaba recortada. Se puso un recipiente los suficientemente grande y lleno de agua para ver qué pasaba al introducir el montaje del guante.

Se podía observar que, al introducir el guante por la parte de mayor amplitud de la botella e ir presionando, el agua hacía que ascendiese el aire que quedaba dentro de ese sistema. Ese aire a su vez iba ejerciendo una presión en todos los sentidos, de forma que el guante se hinchaba por completo, no sólo los dedos que quedaban en vertical como cierta parte de nuestro cerebro quiere hacernos creer.

El resultado de este experimento fue el siguiente:

oznor

Sé que todos parecen muy verticales, pero en realidad algunos están torcidos y además se puede ver que se abomba en la parte central del guante en lugar de estar todo por igual.

A mi me quedó la duda de si eso se vería bien o mal, si lo podría entender todo el mundo o no, por lo que quería buscar otro ejemplo que para mí fuese más claro. Este ejemplo no llegó hasta que ayer al mediodía una vecina adorable nos trajo unas rosquillas en una bolsa de cierre hermético para congelador. Mi padre, después de coger una y para evitar que pierdan esa textura jugosa intentó sacar el aire de dentro de la bolsa.

Ese fue en el momento en el que algo hizo “click” dentro de mi cabeza y vi la solución clara:

Si hubiera llenado un recipiente de agua y hubiera comprobado antes que la bolsa está en perfectas condiciones, si esa bolsa la hubiera metido en el agua con una parte de la “cremallera” abierta el agua habría ejercido presión en todas las direcciones y habría desplazado el aire hacia arriba para que se compensase la presión. Estoy completamente segura que, si bien no lograba el vacío total, hubieran quedado envasadas a la perfección con muy poca atmósfera circundante por lo que los dulces ni se secarían ni se enranciarían (al haber ausencia de aire, no hay suficiente oxígeno para que se produzca la oxidación de las grasas).

Esta sería una sencilla aplicación de “cómo envasar al vacío” (o casi al vacío) con materiales caseros y aplicando las propiedades de la presión en los fluidos, además me parece maravilloso porque es algo que se puede aplicar en el día a día. Por ejemplo para preservar como el primer día unos exquisitos dulces caseros de mi vecina; cuando voy de acampada y abro algo que estaba al vacío pero no termino de comerlo y de esta manera podría conservarlo algo más de tiempo; cuando meta cosas en el congelador, sacaría bien todo el aire de manera que las bolsas abultarían menos y la cantidad de escarcha sobre los alimentos sería menor (de igual manera, el aire atmosférico tiene una cantidad variable de humedad, pero generalmente tiene. Si en la bolsa de congelado queda mucho aire, ese vapor se condensará y congelará hasta formar la molesta capa de escarcha que al final se convierte en agua en la nevera y nos pone luego todo hecho un desastre).

Por desgracia, esta mañana he ido a comprobar la bolsa para hacer unas fotos de la experiencia y estaba rota porque han tirado mal para desayunar, pero os dejo un vídeo con dos técnicas de “envasar al vacío” caseras. Una es la que ya os he explicado, la otra también se me ocurría aunque le veo más lagunas.

Vídeo de envasado al vacío casero. (el que aparece incrustado en la página).

La segunda opción es usar una pajita como podéis comprobar. Al aspirar hacéis que el aire circundante vaya saliendo de la bolsa hasta que al final queda lo mínimo posible dentro. Hay que ser un poco ágil y rápido para cerrar rápidamente el cierre según se saca la pajita, pero creo que también es una forma sencilla y además muy útil cuando eso debe hacerse con una bolsa de gran volumen y en casa no hay ningún recipiente donde introducirlo.

Yo os dejo una pequeña imagen haciendo la experiencia con una bolsa cualquiera, que también se puede hacer, aunque las considero menos adecuadas para meter comida ya que la de congelador vienen preparadas para ello, se cierran herméticamente y son más resistentes.

Bolsa1Bolsa2Bolsa3

En la primera se puede ver que queda un poquito de aire, en la segunda estoy introduciendo la bolsa con el esmalte de uñas en una pecera y en la tercera, tras cerrar la bolsa justo donde quedaba la línea del agua, se ve como la bolsa se pega al tarro (aunque no de forma perfecta).

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