Greta Thunberg es una joven sueca de 16 años que en los últimos meses se ha hecho bastante popular. Se trata de una activista pro medio ambiente y contra el cambio climático creadora del movimiento “Viernes para el Futuro”. Este movimiento ha logrado movilizar a millones de estudiantes en todo el mundo, manifestándose los viernes de cada semana en distintos puntos del planeta.
Gracias a su desparpajo y a su manera contundente y tremendamente sentimental de hacer discursos, esta chica se ha hecho muy famosa a nivel mundial. Esto le ha permitido ser invitada a varios congresos y cumbres por el cambio climático y le ha llevado a ser considerada una potencial líder de las próximas generaciones. Tanto es así que ha sido portada de la revista Time y se le ha dedicado un documental de Vice.
Cuando las acciones reivindicativas empiezan a convertirse en show
Lo último que se ha viralizado sobre Greta Thunberg es su petición de ayuda para participar en la Cumbre del Clima COP25. Dicha cumbre debía haberse celebrado en Chile, por lo que Thumber se encontraba en América con una planificación de actos que terminarían en la cumbre chilena. Pero todo se torció cuando el gobierno del país sudamericano rechazó la celebración de dicha cumbre por la situación de inestabilidad social.
Madrid se ofreció a celebrar la cumbre y Thunberg se vio obligada a cambiar la agenda. Ahora debía viajar a Madrid y, dentro de sus valores, rechaza el uso de los aviones y medios de transporte contaminantes. Todo se complico y la situación se viralizó aún más.
Faltó tiempo para que cientos de entidades, empresas y personas se subieran al carro de Thunberg y buscasen su minuto de gloria y publicidad gratuita. Incluido el gobierno de España, de quien se ha hablado que supuestamente llegó a ofrecer a la armada o incluso al antiguo barco del Rey Juan Carlos I, el Bribón, para traer a Greta hasta Madrid (¿wtf?).
Finalmente, la joven sueca decidió embarcarse en el catamarán La Vagabonde. Se trata de un barco propiedad de unos influencers australianos que viajan en él alrededor del mundo y publican sus viajes en Youtube, donde ya contaban con más de un millón de seguidores y que ahora verán como este número se multiplica. Pero el show va más allá y ahora es posible incluso seguir el viaje en tiempo real a través de un mapa interactivo que muestra la posición del barco.
Creo sinceramente que, en todo esto, la realidad se nos está yendo de las manos. Cuando este tipo de campañas pro medio ambiente se convierten en espectáculo, aunque su repercusión aumenta, su trasfondo se ve perjudicado. Pero es el mundo en el que vivimos, lo viral vale dinero y el dinero lo sigue moviendo todo.
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