Las nuevas tecnologías de la información y comunicación, implican un cambio en las formas de enseñar y aprender. En la actualidad debe de haber una mayor flexibilidad espacio- temporal, personal y grupal; menos contenidos fijos y procesos más abiertos a la investigación y comunicación.
Al desarrollar actividades en equipos es fundamental encontrar un punto de equilibrio entre las expectativas sociales grupales y las de cada individuo. Cada alumno y cada grupo es diferente y es necesario justar las metodologías para adecuarlas a las demandas particulares.
También hay que tener en cuenta que hay alumnos que están fácilmente dispuestos a aprender y colaborar y otros que se muestran distantes y van a demandar una mayor confianza en los profesores que deben saber cómo motivarlos.
Hay muchas técnicas de trabajo cooperativo, en clase se propuso la técnica del puzzle que consiste:
1. La clase se divide en grupos pequeños de cuatro o cinco alumnos.
2. Cada grupo aprende acerca de un aspecto o contenido diferente y deben convertirse en expertos de ese tema.
3. De los grupos iniciales se crean nuevos grupos de expertos y los expertos de cada grupo se reúnen para poner en común su contenido a estudiar.
4. Una vez realizado el estudio y la puesta en común, los expertos vuelven a su grupo principal, donde cada uno deberá enseñar a los otros miembros de su grupo el contenido estudiado.
Así, como en un rompecabezas, cada pieza (cada alumno) es esencial para alcanzar el objetivo final, la realización de una actividad. La técnica requiere de la interdependencia positiva de los miembros del grupo: ningún miembro del grupo puede conseguir el objetivo final sin que los otros miembros del grupo también lo alcancen.De este modo se refuerza el trabajo cooperativo y la corresponsabilidad de todos los miembros para el logro del objetivo final. En general, esta técnica facilita la interacción de las personas más tímidas o inseguras, es decir, favorece la inclusión.
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