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Archivo | junio, 2016

2018

A unos días de que finalice 2018, correspondería hacer balance de un año que no ha sido un año más. Lo cierto es que son tantas cosas las que habría que destacar que no me voy a decantar por ninguna.  Con un año tan intenso, el horror vacui podría ser algo normal, e incluso estar justificado. Sin embargo, ha sido tanto lo que hemos sembrado durante este año, que 2019 va a ser todo, menos un año vacío. Para poder afrontarlo, que todos sigamos con las mismas ganas. Feliz 2019 para todos los que siguen este blog. Y gracias por seguir haciéndolo un año más, y ya van ocho.

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Hoy no es cualquier día

Me llamó la atención esta mañana que en el Programa Hoy por hoy de la Cadena Ser, no se hiciera ninguna referencia a que hoy, 10 de diciembre, se celebra el 70 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Su aprobación tuvo lugar tres años después de que finalizara la Segunda Guerra Mundial, funesto acontecimiento de la historia que aún no queda muy lejos. 70 años tampoco es tanto tiempo, si en términos históricos hablamos. En vez de hacer referencia a este día, en el Programa desde primera hora se prestaba atención a las declaraciones de Torra sobre la vía eslovena, sobre la actuación de los Mossos, sobre los CDR… Y en otro hilo, se seguía analizando (y digiriendo) los resultados de las elecciones andaluzas. A la postre estos hechos constataban que los Derechos humanos hoy no eran lo relevante. Y eso, a mi juicio, dice mucho del estado de cosas en el que nos encontramos. No ya por la omisión de la efeméride, probablemente luego superada, de la celebración de este día, que no es cualquier día, sino por los asuntos de los que los medios hablan.

Y esto me llevó a recordar otro hecho también relacionado con esta cadena que tuvo lugar el miércoles pasado, cuando en Hora 25 Angels Barceló entrevistó al Secretario General de Vox. A su juicio, porque había que dar voz a todas las fuerzas políticas, y no niego que tenga parte de razón. Según esta periodista, mientras más se conozca el programa de Vox, menos gente los votará. Pero aquí yo tengo mis dudas. Como todos los partidos sin claros convencimientos democráticos, recurren a planteamientos de simple argumentación, mezclando conceptos como, por ejemplo, en esta entrevista en concreto, la violencia de género y la violencia intrafamiliar. El problema es que su mensaje grueso acaba convenciendo a quien no quiere/no puede ir más allá. Y claro, ya no sólo tenemos el problema de Cataluña. Ahora también tenemos el problema de Vox. Porque es un problema, se mire por donde se mire.

Entretanto, al otro lado, un vacío hueco. Silencio clamoroso. Quizás miedo al abismo. Ojalá me equivoque pero estos dos problemas no dicen nada bueno de nuestro país. Ni dirán. Y hoy que celebramos los Derechos humanos, deberíamos tenerlo muy presente.

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Parecía cuestión de tiempo, y así fue

Llegaron en las elecciones andaluzas, sin que ninguna encuesta hubiera pronosticado este resultado. 12 diputados en una Comunidad Autónoma en la que siempre, desde hace 36 años, ha gobernado el partido socialista. Parece que nadie lo esperaba. Y sin embargo, parecía cuestión de tiempo que llegaran. Trasladan a España lo que está ocurriendo en Europa desde hace años. No se trata de postular ahora, como lo hacía ayer Susana Díaz, un cordón sanitario que impida llegar al Gobierno a un partido de ultraderecha, que ya está en las instituciones, pues ha alcanzado una representación importante en la asamblea andaluza. Quizás para eso ya sea tarde. O no. A mi juicio, el problema que tiene la izquierda de este país es que los partidos que la representan están totalmente en la inopia y no conectan con su electorado. Ni el PSOE, ni IU, ni Podemos son garantía para mucha gente de izquierda, que se sienten huérfanos de representación. Quizás ha llegado la hora de comenzar a tejer un partido progresista que piense verdaderamente en los trabajadores, en los grupos sociales más vulnerables y que lejos de ser radical, se alinee con la socialdemocracia, pero de la de verdad. Esa nueva fuerza podría beber del PSOE, de Podemos y de IU, pero sería diferente, debe ser diferente. Izquierda sólida, con principios firmes, que sea coherente con sus postulados y valiente con sus compromisos. O nos ponemos a ello, o nos esperan años duros.

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