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Universidad de Salamanca
Blog de Antonia Durán Ayago
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Archivo | 22 junio 2016

La Universidad como inversión

Ya sabemos que a algunos la educación les parece un gasto demasiado gravoso. No se plantean siquiera que el capital invertido en educación pueda revertir de forma sustancial sobre la sociedad que lo genera y sostiene. Para algunos la educación a la que pueda accederse debe depender de los medios que se tengan para costearla. A mayores medios, mejor educación. Parece ser que de esta opinión hay muchos, y lo peor es que muchos de los que esta opinión tienen están en los puestos de decisión.
No hay que ser muy avezado para darse cuenta que un país será más sólido y solvente si considera a la educación como uno de los servicios más importantes que debe garantizar el Estado. Mientras mejores profesores tengamos al frente de la educación desde primaria hasta la Universidad; mientras mejores medios tengan para desempeñar su labor; mientras más se invierta en investigación, mejores posicionados estaremos. La formación, en un mundo global, es lo que aporta elementos diferenciadores. La formación es un elemento competitivo en toda sociedad centrada que se precie. A mayor formación, mayores oportunidades. Eso es así. Otra cosa es que los mecanismos anquilosados de un país no hayan sido capaces de absorber e incorporar a nuestro tejido productivo tanta materia prima bien formada desaprovechada, que en muchos casos se están llevando otros Estados, sin haber invertido nada en la formación de esas personas que ahora generan riqueza para ellos.
El problema, digámoslo claro, no es lo que cuesta la educación; el problema es que no se ha sabido rentabilizar esa inversión. Y lo peor, tampoco parece que se tenga en mente revertir esta tendencia. Antes al contrario, se han lanzado a desprestigiar también la educación pública, diciendo que es cara y poco rentable. Que es mejor que cada cual pague la educación que demande. Y eso, simple y llanamente, es dejar a muchas personas, a mucho capital humano si se quiere, en términos económicos, desaprovechado. Tiene que poder estudiar todo el que quiera y demuestre que aprovecha la oportunidad que se le da. Si lo hacemos depender de los medios, entonces ya sí que en vez de estar contribuyendo al enriquecimiento de un país, estamos condenándolo al más negro ostracismo.

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